Opinión

La urgente necesidad de combatir el antisemitismo

La Embajadora de Israel analiza cómo el antisemitismo ha proliferado a un ritmo alarmante, con violencia y ataques. Y destaca el valor que tiene el recuerdo del mundo sobre el holocausto.

Galit Ronen miércoles, 27 de enero de 2021 · 11:40 hs
La urgente necesidad de combatir el antisemitismo

 

Por Galit Ronen/ Embajadora de Israel en Argentina

Hace exactamente un año, Israel recibió a decenas de Jefes de Estado y delegaciones visitantes de Europa, América del Norte y Australia en lo que se convirtió en uno de los eventos más significativos en la historia del país. La histórica convocatoria del año pasado de 40 líderes mundiales, entre los cuales se encontraban los presidentes de Francia, Alemania, Australia, Canadá, el vicepresidente de Estados Unidos y el Príncipe Charles de Reino Unido; y también el entonces flamante Presidente argentino Alberto Fernández (en su primer viaje oficial al exterior como presidente argentino), en Yad Vashem para el Quinto Foro Mundial del Holocausto, con motivo del 75º aniversario de la liberación de Auschwitz, estará ciertamente muy lejos de las conmemoraciones de este año.

En el año transcurrido desde este encuentro internacional en Jerusalén, el mundo se ha sumido en las profundidades de una pandemia mundial sin precedentes. La vida ahora parece ocurrir cada vez más en línea, y los eventos y conmemoraciones que rodean el Día Internacional de Conmemoración  en Memoria de las Víctimas del Holocausto de este año se han trasladado de manera similar a foros virtuales. El tema central de este año, "Enfrentarse a las secuelas: Recuperación y Reconstitución después del Holocausto", se centrará en los procesos de recuperación que tuvieron lugar para los individuos, las comunidades y los sistemas inmediatamente después del Holocausto.

La mirada al registro  histórico del Holocausto en medio de una crisis internacional que probablemente se convertirá en el momento decisivo del siglo XXI resulta especialmente pertinente. Además, en un mundo cada vez más plagado de información errónea, discursos de odio y antisemitismo, dedicar tiempo a recordar la historia del Holocausto, ha adquirido una nueva relevancia.

Setenta y seis años después del final de la Segunda Guerra Mundial, el antisemitismo no solo ha persistido, sino que ha proliferado a un ritmo alarmante. Se ha manifestado en oleadas de incidentes violentos y ataques que han agraviado a las comunidades judías en toda la diáspora. El fenómeno ha asolado  Europa, Estados Unidos y todo el mundo.

Este evento anual que conmemora la liberación de Auschwitz es un rayo de luz en la lucha contra la oscuridad del antisemitismo. Demuestra la determinación con la que el mundo y sus líderes se comprometen a luchar contra el antisemitismo, la xenofobia y todas las formas de racismo, y envía un poderoso mensaje de que el antisemitismo no será tolerado en nuestro mundo. Representa la fuerza de los principios universales sobre los que se construyó la comunidad internacional después de la Shoá.

Como ha ocurrido y seguirá ocurriendo, el Día del Recuerdo de este año tiene un sentido de urgencia aleccionador.  Cada año que pasa, habrá cada vez menos testigos presenciales de los horrores indescriptibles de la Shoá. En última instancia, sólo tendremos los testimonios escritos y grabados que dejaron atrás, preservados y transmitidos de generación en generación.

El imperativo de luchar contra el antisemitismo y perpetuar la memoria del Holocausto es verdaderamente más apremiante  ahora que nunca.

Nuestra única angustia radica en saber que los que perecieron en Auschwitz nunca supieron que un día, 75 años después, los líderes más poderosos del mundo se reunirían para honrar su memoria no solo en un Estado judío floreciente e independiente, sino en Jerusalén, la capital eterna del pueblo judío. Más aún, que 76 años después, independientemente de las dificultades sin precedentes impuestas por una pandemia mundial, el mundo se reuniría igualmente para recordarlos. Solo podemos imaginar el asombro que podrían haber sentido ante tal perspectiva.

Bendita sea su memoria.

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