El kichnerismo ya controla el Programa de Protección de Testigos

Santiago Eguren es abogado y fue funcionario de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) durante parte del segundo mandato presidencial de Cristina Kirchner. Según se supo en los últimos días, será el nuevo director del Programa de Protección de Testigos, lo que para muchos introduce una gran incertidumbre. Ocurre que, como gestor de ese programa -destinado a cuidar la integridad de cientos de personas- Eguren deberá reportar a la Secretaría de Justicia, presidida por Juan Martín Mena.

¿Y quién es Mena? Se trata de un verdadero alfil del kichnerismo. Fue vicejefe de los espías de la AFI y su retorno a las grandes ligas ha generado reacciones dispares.

En honor a la verdad, cabe destacar que durante la gestión anterior el manejo de la Inteligencia tampoco estuvo exento de críticas. La Agencia Nacional de Protección a Testigos e Imputados fue creada por Macri a 12 días de dejar el poder y, según las nuevas autoridades, su implementación merece una auditoría. 

Ahora, en cambio, el Programa volvió a la órbita del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, a cargo de Marcela Losardo, y bajo el ojo atento de Mena y Eguren. Lo innegable es que sobre el Programa de Protección de Testigos persiste una innegable gravitación de lo político. 

Arrepentidos

Al asumir el gobierno de Alberto Fernández, varios de los que habían declarado en las causas por corrupción que enfrenta CFK pidieron salir del programa: temían la influencia que pueda tener la vicepresidenta. En la lista de los que decidieron "irse" están Leonardo Fariña, Alejandro Vandenbroele y el ex contador de Cristina Víctor Manzanares.

Fariña se siente incómodo porque declaró en la causa conocida como "ruta del dinero K"; y Vandenbroele porque apuntó contra Amado Boudou en la causa Ciccone, donde el ex vicepresidente ya cuenta con una condena -que fue apelada- por cohecho. Por su parte, Manzanares también hizo declaraciones en el caso cuadernos. Los tres sostienen que el nuevo contexto político no les brinda la seguridad que desearían.

Desde luego, el programa tiene otros protegidos. Son los testigos vinculados a causas que no tienen que ver directamente con la política sino con el narcotráfico y la trata de personas. A ellos, en teoría, se les debe ofrecer una identidad nueva y empleos en diversos rubros, para que puedan "rehacer sus vidas" y evitar represalias.

Críticas

Lo que varios analistas salieron a cuestionar es que el gobierno haya jugado cartas tan marcadas a la hora de controlar la protección de testigos que, en muchos casos, habían hecho graves denuncias contra figuras que hoy están en el Poder.

Bajo el cuidado de este programa está, por ejemplo, Oscar Centeno, que presentó los famosos "cuadernos" en los que habría anotado la recaudación de coimas durante el gobierno kirchnerista. José López es otro de los que integran el programa: también él señaló a Cristina como una de las responsables de los sobornos a diversas empresas.

Desde el kirchnerismo repiten que es indispensable indagar si estos testimonios tienen asidero o son piezas de una operación política de gran envergadura. Como sea, en otras veredas de la política nacional no ocultan su incertidumbre ante el peso que pueda tener Mena, quien se encuentra procesado, entre otros funcionarios, en la causa por la firma del Memorándum de Entendimiento con Irán.