Pandemia

Suarez ante la crisis: datos, tensiones y una cuestión de fe

El Gobernador mudó su despacho a su casa. Desde allí coordina la estrategia para enfrentar la pandemia. En lo sanitario, Suarez asegura que buscarán conocer la realidad porque suponen que hay más casos. En lo económico, creen que la crisis será total. La relación ambigua con la Nación.

Pablo Icardi
Pablo Icardi domingo, 12 de abril de 2020 · 09:34 hs
Suarez ante la crisis: datos, tensiones y una cuestión de fe

Antes de asumir, Rodolfo Suarez decía que quería preservar su rutina familiar: cena en casa, charlas en familia, calor de hogar. La realidad le jugó de sorpresa y hoy lleva todo el trabajo a ese escenario. Sentado en un escritorio, con una gorra azul en la cabeza, papeles con datos que lo rodean, un teléfono y computadoras; el gobernador tiene su centro de operaciones en su propio hogar. Desde allí coordina los trabajos para sobrellevar una realidad inesperada para todo el mundo. “Estamos todo el día conectados y esto cambia. No hay sábado, ni domingo”, dice el Gobernador desde su “búnker”. “Todavía no llegamos a la etapa crítica, pero va a llegar”, asegura.

La estrategia de abordaje de la pandemia tiene como prioridad responder desde lo sanitario. Allí el Gobierno busca prepararse “estresado” los escenarios posibles para tener recursos disponibles. Es decir, suponer que en el pico habrá contagios y que el sistema de salud deberá responder con todo lo que tenga a disposición.

Por eso aún hay tensión para comprar más respiradores, se equipan centros de aislamiento y buscan personal de reserva. El propio Gobernador dijo que hoy nadie puede garantizar que no haya circulación den virus y que cada vez se hace más complejo determinar el nexo epidemiológico de las personas que tienen el virus. Ocurrió, incluso, que aparecieron casos inesperados; como los de Malargüe (donde no se sabe cómo se contagió una pareja de adultos mayores).

Esa realidad obligó a ser más conservadores en la idea de flexibilizar la cuarentena. Por eso Suarez no insistirá para liberar más actividades que las autorizadas por la Nación, a pesar de la presión del sector productivo. Las cámaras empresarias de Mendoza enviaron propuestas, quejas y pedidos de ayuda. Por ahora no habrá cambios. "Los problemas los tenemos y los vamos a tener todos", grafica el Gobernador, que a la vez intenta renegociar vencimientos de la deuda de Mendoza para prorrogar pago de intereses que deberían cancelarse en abril. "Hay cosas que no se podrán pagar, otras que hay que pagarlas sí o sí. Esta es una obra de teatro que la estamos escribiendo sobre el escenario como dijo el Presidente", aseguró Suarez. 

Modelos de gestión

El otro frente es, justamente, ese: el económico y financiero. “La situación va a ser desesperante”, se sinceró el Gobernador. “No se pueden contar los empleos que ya se perdieron y los que se van a perder, pero es muy grave”, explica. E incluye en ello al propio Estado provincial, que tiene reservas para no mucho más que dos meses. Por eso hay otra variable clave: la ayuda nacional y la relación política con Alberto Fernández.

Que se cumplan esas promesas se ha convertido en una cuestión de fe. Es que no hay ninguna garantía ni compromiso tangible de parte del presidente Alberto Fernández para que haya ayuda más allá de los ATN y los créditos que la Nación ya habilitó. Suarez confía, aún a pesar de la presión de algunos sectores de su propio partido.

Por lo pronto, confirmó que los 5 mil millones de pesos que llegarán como ATN y créditos blandos no se coparticiparán y que serán solo para la emergencia sanitaria. También hizo oficial un reclamo que comparte con otros gobernadores: que la Nación no envíe recursos según la recaudación, sino que la coparticipación sea igual a la transferida el año pasado (sin la crisis por el coronavirus) y que se indexe por inflación. Es decir, compartir la emisión monetaria que hoy está haciendo el Gobierno. Además, quiere que se prorroguen las deudas con la ANSES y el Banco Nación. Todo para prepararse para el temblor.

La nueva realidad  tomó a la estructura de poder en plena reformulación. En la primera etapa del aislamiento Alberto Fernández se consolidó sin fisuras. Al inicio de la segunda etapa, generó una grieta con el sector productivo y ahora hay tensiones políticas que podrían profundizarse. Todo, en un contexto alterado: los poderes del Estado no están en funcionamiento por el aislamiento y así se mantendrán, pues el Congreso no sesiona, la Justicia está a media máquina y el Poder Ejecutivo nacional funciona a través de DNU. La crisis exige pericia y también muestra debilidades. Le ocurrió a Alberto con las compras con sobreprecios, con la dificultad para elaborar un certificado de circulación, con el operativo en los bancos y también para implementar la asistencia a personas y empresas.

Suarez mantiene las formas con la Nación, aún a pesar de las presiones de aliados para ser más duro. Lo que viene, lo obliga: sin asistencia federal, con los recursos propios no alcanzará. “Va a ser muy grave. Nos cuesta dimensionar lo que va a ser”, dijo el Gobernador. En lo económico el desplome es total y en lo social las consecuencias son graves. Por eso, por ejemplo, el Ejército colaborará en Mendoza con la distribución de la ayuda social.

Ciencia, folklore y realismo mágico

Como en toda crisis, la pandemia de coronavirus ha puesto a prueba a todos y en especial a quienes gobiernan. También saca a flote virtudes, miserias y valores.

Como nunca, la humanidad está pendiente de la ciencia para hallar soluciones: una vacuna que prevenga, un tratamiento que cure o, como ya ocurre, terapias que alivien. También hay cuestiones folklóricas que cambiaron y  que complican: no habrá más abrazos, mate compartido, ni asados a poca distancia. Por las dudas, la realidad lo marca: en Loncopué, Neuquén, hubo contagios masivos por compartir un asado. También hay lugar para el realismo mágico. En Formosa el gobernador le atribuyó el hecho de que no hayan diagnosticado casos de coronavirus en su provincia a que “dios es formoseño”, fiel al estilo de Bolsonaro o López Obrador en México.

En Mendoza las soluciones que se buscan son más terrenales. Suarez evitó las especulaciones e hizo caso a las recomendaciones de los especialistas: hay que testear, conocer la realidad de la pandemia y abordarla. Por eso Mendoza es la primera provincia que habilita más testeos y laboratorios públicos y privados. “Mientras más midamos más casos vamos a tener. Lo que informamos es lo que sabemos", aseguró el Gobernador. 

 

Mendoza se diagnosticaron hasta ayer 56 casos y entre ellos el nexo con mayor prevalencia es (23 de ellos) el de las personas que se contagiaron en Mendoza. Es decir, personas que no viajaron. Al principio era con vínculo fácil de identificar, pero ahora no lo es tanto. Hasta ayer se habían testeado casi 450 personas. El sistema de salud hasta ahora tiene capacidad de respuesta. Pero hay un dato importante: la mayoría de los casos han sido abordados por clínicas y hospitales privados o de obras sociales, incluidas allí las de OSEP. En total hay 38 personas internadas en efectores privados.

“Con el correr de los días es muy difícil seguir el nexo. Llega un momento que el nexo es cada vez más difícil y tampoco es un dato muy útil porque pasamos a otro estadío de medición”, explicó el Gobernador. El testeo se amplió y se analiza a todos los trabajadores de la salud, se hará a todos los que pasen por alguno de los “centros centinela” y también se harán test rápido. Suarez explicó que allí se sabrá, más allá de las especulaciones, si hay o no circulación social del virus. Hoy suponen que puede haber casos asintomáticos y por eso mantienen la cuarentena estricta y no se flexibilizará en Mendoza.

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