Editorial

Educación: por qué es imprescindible debatir una nueva ley y una mejora en el sistema

La pandemia potenció y reveló los problemas estructurales que vive Mendoza. La desigualdad en la educación es uno de ellos. Las condiciones que se viven por la situación sanitaria no puede ser un freno a debates impostergables. Los ejes para un nuevo sistema y la necesidad del aporte de todos.

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MDZ Política jueves, 1 de octubre de 2020 · 06:46 hs
Educación: por qué es imprescindible debatir una nueva ley y una mejora en el sistema

Mendoza vive una crisis total, como buena parte del país. La pandemia potenció los problemas y reveló de manera descarnada algunos de los inconvenientes que los mendocinos viven a diario. El sistema educativo fue el primero que reaccionó para dar una respuesta a una contingencia nunca antes vista. Docentes, alumnos, familias e instituciones avanzaron para que haya educación, aún en emergencia. Pero de la misma manera las carencias estructurales quedaron al descubierto y las desigualdades se potenciaron. Esa situación es el punto de inicio para un debate imprescindible e impostergable: Mendoza necesita una política de Estado para priorizar la educación, mejorar la calidad, equidad y oportunidades. Mucho más en un mundo que vive cambios vertiginosos.

Con una nueva ley no alcanza. Sin una nueva ley que fije las pautas de una nueva escuela no se puede iniciar. Sin el aporte de todos no tiene sentido. Con la imposición de pocos no sirve. El tema merece actos de grandeza para que el Estado responda. Para que el Gobierno, la oposición, los partidos políticos, los intelectuales, las organizaciones sociales, las familias, los docentes, los alumnos y toda la comunidad aporten y también acepten visiones diversas pero con el bien común como objetivo. 

La pandemia condiciona la vida cotidiana, pero no puede paralizarla. No habrá una solución definitiva para enfrentar la crisis sanitaria hasta dentro de varios meses. Eso obliga a adaptar la vida con cuidados extremos, pero no puede haber bloqueo a debates fundamentales. "Que la pandemia no paralice el debate, la discusión ni la producción de aportes, tal como no ha podido paralizar el enorme trabajo que todos/as realizan todos los días para seguir adelante. Nos merecemos la mejor ley que podamos consensuar, sin dudas eso será posible en la medida que tenga las voces de todos/as", dice el mensaje que el director general de Escuelas José Thomas envió a todos los docentes de la provincia.

Ejes para una discusión

El Gobierno había preanunciado que enviaría un nuevo proyecto de ley de educación. Tuvo impericia al comunicarlo y al elaborar una estrategia de búsqueda de consensos. Tanto, que perdió en primera instancia la imposición discursiva: aún no hay proyecto, pero se debate su negativa. Sin embargo hay tiempo para remendar esos malos entendidos. La buena voluntad es la condición fundamental.

Es lógico que en un tema tan universal haya tensiones por intereses sectoriales. Lo que no puede ocurrir es que las demandas particulares primen por sobre el resto. Allí está el delicado y difícil equilibrio que deben buscar quienes conduzcan el debate. 

Desde la DGE aseguran que el proyecto está abierto y que lo que no se negocian son objetivos. Pues si se analiza la realidad de realidad de las aulas y los actores del sistema, hay algunas pautas que deberían servir de eje estructural para una nueva educación. 

Achicar la brecha educativa, buscar equidad y mejorar el acceso a la secundaria y el nivel superior de todos los jóvenes debe ser un objetivo central. La desigualdad es el principal problema social de Mendoza. En el país 6 de cada 10 niños viven en hogares que no tienen los ingresos suficientes para adquirir bienes básicos y están bajo la línea de pobreza. Es decir, no tienen los recursos necesarios para desarrollarse. En ese plano entran los insumos educativos: desde libros, hasta Internet. Más de la mitad de los jóvenes no termina la escuela secundaria, a pesar de que la ley nacional impone ese nivel como obligatorio. La Universidad parece una quimera para muchos. El desarrollo humano tiene como base el abordaje integral de la niñez y la adolescencia. 

Dignificación de la tarea docente. Los problemas salariales de los docentes se transformaron en estructurales. Son los únicos estatales que ingresan 100% por concurso, pero los peor pagos. Ese problema surge en cada debate y muchas veces nubla la posibilidad de abordar otros temas estructurales. Se necesita un sinceramiento de prioridades y un plan para mejorar el salario docente. La evaluación del desempeño puede ser un tema importante para tener en cuenta. Muchas escuelas dependen de la gestión de sus directoras, muchas aulas dependen del empeño de sus docentes. Ese esfuerzo debe ser premiado. 

Evaluación permanente para mejorar. No hay que tenerle miedo a la evaluación. No solo de los alumnos, sino de todo el sistema. No se trata de buscar castigos, sino de conocer las realidades y buscar mejorar. Está en la base de las reformar educativas de todo el mundo, incluso las de Argentina desde principio del siglo XX. Sin diagnósticos precisos, sin medición real de lo que sucede, difícilmente se puedan hallar soluciones. Alumnos, docentes e instituciones tienen que ser evaluados periódicamente para conocer potencialidades, problemas y dificultades. 

La tecnología ha mejorado la vida cotidiana. Los cambios que vive el mundo son innegables. El aprovechamiento de las nuevas herramientas pueden hacer la diferencia. El problema en Mendoza y Argentina en general es el acceso a esas tecnologías; nuevamente la desigualdad. Un nuevo sistema educativo debe tener como eje central la tecnología como herramienta y también como motor generador de conocimiento. Pero también una política de acceso que garantice que todos los niños y jóvenes puedan aprender. 

No hay debate más importante que la educación. No hay mejor lugar para los niños y adolescentes que su hogar y la escuela. Difícilmente haya personas en las que la sociedad confíe más que en los docentes. Solo falta mejorar la voluntad política para tomar decisiones que trascienden a todos los gobiernos. 

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