"Creí que estaba quemando a su perro": vecinos de Guaymallén contaron cómo se vive frente a la casa del horror
Gritos, humo y fuerte olores. Los vecinos de Guaymallén contaron cómo se vive frente a la casa donde fue descuartizado y quemado el cuerpo de un hombre.

La casa de Adolfo Calle al 2900, en Guaymallén, donde fue hallado descuartizado y quemado el cuerpo de César Rodas.
Alf Ponce /MDZLos vecinos de Dorrego no salen de su asombro tras conocer el desenlace fatal del hombre descuartizado y calcinado en la vivienda de Adolfo Calle al 1900 en Guaymallén. En la tarde del miércoles habían escuchado gritos y después divisado el humo que salía desde el patio, al tiempo que comenzaron a sentir olores nauseabundos. Finalmente, el horror se apoderó de la zona al conocerse la noticia del crimen y los aberrantes detalles.
Mientras continuaba el trabajo de la Policía Científica en el lugar del hecho, vecinos de Adriana Suárez, la mujer acusada de haber asesinado a su inquilino César Darío Rodas, contaron cómo es vivir frente a la casa del horror, la cual también contrasta con el resto de las propiedades de la zona por su aspecto lúgubre y desvencijado, con paredes descascaradas y ladrillos que sostienen lonas en parte del techo.
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De acuerdo con el relato de una mujer de la zona, Suárez solía alquilar un pequeño ambiente improvisado en la esquina del terreno. En tanto, al lugar concurrían hombres y llegaban autos en actitud sospechosa: "Vendían drogas", dijo.
"Siempre le alquilaba esa pieza a hombres, nunca a mujeres, y muchas veces había discusiones. Con el tiempo normalizamos los gritos y los ruidos, pero siempre pasaba algo ahí", contó la vecina.
Luego, la mujer relató otro aberrante episodio: "Al principio pensamos que había matado a su perro y que lo estaba quemando, porque una vez ya había matado a un perro, aunque no sabemos por qué o en qué contexto, pero nunca imaginamos que se tratara de un hombre. Recién cuando empezó a llegar la Policía y la Científica nos dimos cuenta de que era algo muy grave".
Drogas, violencia y niñas descuidadas
Las condiciones de vida dentro de la propiedad también generaban preocupación en los vecinos, ya que solían ver a las hijas de Adriana Suárez solas en la calle. Al respecto, una joven contó que "las nenas estaban siempre en la vereda, descalzas y con frío. Eso era lo normal".
Respecto de la presunta venta de drogas en la propiedad, a la que otra persona se refirió como "un aguantadero", la vecina sostuvo que "ella al tener la tobillera no se movía de ahí, entonces la gente venía a donde estaba ella. Pero jamás nos imaginamos que fuera capaz de hacer una cosa así".
También, manifestó que "era evidente que algo raro pasaba, porque había movimientos todo el tiempo, aunque aclaró que Suárez no se metía con los vecinos y que los problemas eran dentro o en la vereda de su casa.
“Esto fue algo muy impresionante”
Otra mujer de la cuadra de enfrente indicó que el miércoles "a la tarde la madre y la hija se pelearon y se escuchaban muchos gritos, estaban sacadísimas". Y agregó que "después de las seis de la tarde vimos salir humo por la chimenea y se empezó a sentir un olor nauseabundo. Después se llenó de policías".
Por otra parte, aseguró que el barrio era tranquilo, pero que desde la llegada de Suárez en 2020, después de la pandemia, "esto se volvió un quilombo, siempre había tipos diferentes y el movimiento no paraba nunca".
Sin embargo, al igual que los testimonios anteriores, la mujer remarcó que “ella no molestaba a nadie, pero vivía rodeada de problemas". Y cerró: "esto fue algo aberrante. Muy impresionante".