Inseguridad

¿Se van del país?, la pesadilla de una familia de Guaymallén que es víctima de robos y amenazas por un terreno

Una familia de Guaymallén denuncia que vecinos delincuentes intentan tomar un terreno que les pertenece en el distrito de Puente de Hierro y que sufren robos, agravios y amenazas constantes.

Cristian Minich
Cristian Minich domingo, 4 de agosto de 2024 · 07:06 hs
¿Se van del país?, la pesadilla de una familia de Guaymallén que es víctima de robos y amenazas por un terreno
Toma de terrenos, robos en la casa y amenazas constantes sufre una familia en Guaymallén Foto: Gentileza

Una familia de Guaymallén cuenta que vive una verdadera pesadilla desde hace años, pero que todo recrudeció en los últimos meses. El interés de delincuentes sobre un terreno perteneciente a la víctima y su familia derivó en constantes amenazas, intentos de toma de la propiedad e incluso robos en su domicilio. Las denuncias abundan, pero el caso no se resuelve y el temor crece día a día. 

La situación ocurre en Puente de Hierro, en Guaymallén, donde Sergio vive con su familia desde hace años, y con su padre, dueño de un terreno muy cercano a la vivienda y que parece ser el motivo de una seguidilla de robos y amenazas a todos los integrantes del clan por parte de delincuentes conocidos por ellos, algunos de los cuales son vecinos. 

El padre de Sergio, un italiano de 76 años y que padece de demencia senil, era dueño de la propiedad en cuestión, la cual había sido tomada tiempo atrás por los acusados, pero que lograron recuperar con una orden de desalojo mediante. Sin embargo, no todo quedó allí. Desde ese episodio, y con mayor énfasis en el último tiempo, la familia ha sido hostigada, amenazada y víctima de hurtos en diversas ocasiones. "Ya no podemos salir solos, estamos desprotegidos", cuenta Sergio, quien es empleado municipal.  

Un viaje a Europa y el origen del conflicto

El terreno tiene unas seis hectáreas y está ubicado en la calle Pacheco al 9000, en el distrito de Puente de Hierro, muy cerca de Los Corralitos, que se estima que cuenta con más de 6 mil habitantes.

Fue en 2008 cuando comenzó el calvario para esta familia compuesta por un matrimonio, dos hijos de 17 y 10 años, y el abuelo de los menores, un italiano de 77. Sergio había estado trabajando en España, pero decidió regresar al conocer el problema que se presentaba con los terrenos de su padre, situación que cuenta en primera persona.

"Cuando viajé a España mi papá hace un comodato y cede a un señor un terreno para que lo cuide. Mi papá es una persona mayor y tiene demencia, entonces cuando me entero y vuelvo a Argentina veo que estas personas tenían el lugar en venta. Además, son gente conflictiva y sabemos que se han apropiado de otras tierras. Se dedican a eso, a apropiarse de terrenos y venderlos. También roban y desarman autos, son gente que delinque", dice el denunciante. 

Luego, agregó que "nosotros hicimos una casita ahí para que no nos sigan usurpando. El terreno está con un título supletorio, está activo. A mi padre le faltaban algunos papeles porque antes no se acostumbraba a tener constancia. Él llegó a Argentina en 1947 y siempre hemos trabajado la tierra, éramos agricultores". 

Agravios a la esposa, a los hijos y hasta al perro

Sergio manifiesta que no es el único que sufre esta situación, sino que toda su familia es víctima y vive desde hace años una verdadera pesadilla. Según el testimonio, toda la familia debe lidiar con amenazas, agravios y situaciones violentas y extremar los cuidados cada vez que tienen que salir de la casa.   

"Nosotros desde el 2008 que venimos realizando denuncias por agresiones físicas, agresiones verbales y amenazas, pero después se llegó al colmo cuando el día 22 de julio vinieron a mi casa cerca de la 1:30, a cara descubierta, rompieron el lugar, se llevaron una escopeta que es de mi propiedad, que tengo registrada; una notebook que le habían dado a mi hija que estudia en Corralitos, un celular y revolvieron todo".   

Una de las puertas que rompieron los delincuentes para ingresar al domicilio de las víctimas / Gentileza

Además, la víctima agrega que "la comisaría la tenemos a dos cuadras, hemos llamado muchas veces, hicimos denuncias y no pasa nada. Esta gente viene, nos roba, nos rompe el alambrado, hacen cosas como para amedrentarnos, para hacernos ver que nos tenemos que ir". 

Su esposa, Marisa, también brindó su testimonio sobre cómo es lidiar con esta situación en Guaymallén: "Es muy triste, porque la verdad es que no puedo ni salir. Cada vez que salgo me topo con esta gente. Cuando no es con el hombre es con la mujer o con los hijos. Me insultan, me han tirado el auto encima y hasta me quisieron atropellar al perro". 

"La verdad que es cansador, porque no sabés cómo actuar con esta gente. Uno los denuncia y no hacen nada. Tienen un domicilio, tienen los hechos de violencia de ellos hacia nosotros y la policía no hace nada", sostiene la mujer con resignación.

Finalmente, comenta que "deben ser alrededor de diez episodios los que padecí, porque he denunciado cada hecho. Al principio me llamaron para hacer la denuncia presencial y el resto las hice online, pero hasta ahora ni siquiera me citan para ratificar las denuncias. A mis hijos también los persiguen, les dicen cosas. La verdad es que con esta gente no se puede vivir, andan con armas de fuego, con armas blancas y hay uno que anda en una moto, pero las denuncias quedan en el aire".  

Puente de Hierro, una zona conflictiva

Con el paso del tiempo, según el testimonio de vecinos, Puente de Hierro se ha convertido en una zona insegura. No muy lejos de allí, aunque en un barrio perteneciente a Los Corralitos, fue asesinado el feriante de Guaymallén Daniel Chincha, el hombre al que le dispararon motochorros cuando que llegaba a su casa junto a su esposa embarazada en una camioneta Toyota Hilux. 

Para Sergio, "es una zona en la que cada diez casas hay una persona que comete algún tipo de delito". Dice que "era un lugar teóricamente tranquilo" y que cuando llegaron no había muchas casas, pero "ahora es una zona conflictiva".

Incluso, apunta contra la comisaría del lugar: "Tenemos una comisaría también. Se peleó mucho para tener una comisaría para para disminuir un poco el delito, pero la verdad es que ahora es mucho más grande el delito. Yo creo que hay personas que tienen un poquito más de afecto, digamos, económico o algún interés en medio. Recursos faltan en todos lados, en la parte administrativa y en la parte operativa que tiene la policía, pero considero que por ahí no pasa. Pasa que hacemos la vista gorda cuando una persona es amiga o hay algo en común".

"La verdad es que tenemos mucho temor. La policía viene pero no se baja del móvil, no hace una inspección ocular, no buscan un rastro o alguna evidencia. Yo encontré cinco vainas servidas, botellas de cerveza y hasta un DNI en el terreno. Mi hija expuso a estas personas por Facebook y a ella la han amenazado por teléfono. Incluso vino la madre de uno de los autores a pedir disculpas y reconoció que ellos han usurpado terrenos, y no tenemos medidas. Ya nos da miedo llamar al 911, porque la verdad es que no tenemos ninguna respuesta".

Video: un delincuente captado por las cámaras de seguridad

El miedo de salir de casa y la idea de abandonar el país

Para Sergio, en cuanto se presente la oportunidad, la idea es vender las propiedades y salir del país junto a su familia. Sobre el terreno de la calle Pacheco, el hombre comenta que están "dejando que avance un poco más la justicia para que vea que somos nosotros los dueños, con las pruebas que hemos puesto, y en algún momento vender e irnos de acá, porque la verdad es que tenés constantemente robos, inseguridad, y salimos con miedo".

Respecto de otro de los episodios sufridos, cuenta que "una vez me pegaron un piedrazo en el auto con una gomera, llamé instantáneamente a la policía y tampoco vinieron. Y así como me esperan a mi cuando salgo le hacen lo mismo a mi mujer. Mi hija de 17 años también fue amenazada. La verdad es que estamos desprotegidos".

Finalmente, manifiesta que la decisión es concreta: "Pensamos irnos a Europa. Yo vine de allá para resolver este problema y la verdad es que pensamos irnos del país, aunque nos da una tristeza grande esto. Yo había ido a España a trabajar porque no tenía un buen sueldo y me quedaron las puertas abiertas allá. Además soy ciudadano italiano, así que la idea es ir para allá". 

De esa manera, Sergio busca ponerle fin a una pesadilla que que ya lleva varios años y con la que tendrán que lidiar hasta poder concertar su objetivo. "Espero que esto se pueda resolver", dice, "y si nos pasa algo, no se, al menos que quede asentado", cerró. 

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