Va a juicio por jurados por un asalto fatal en Maipú, tras la confesión de sus tres presuntos cómplices

Hasta en la última instancia buscará probar su inocencia Luis Alberto Oliva, el único sospechoso por un asalto fatal ocurrido en Maipú este año que aún no fue condenado. Sus tres señalados cómplices ya confesaron y cerraron para ellos la causa. 

Es que la situación de Oliva es mucho más compleja que la del resto: arriesga prisión perpetua en un juicio por jurados, al estar imputado por homicidio criminis causa. Diferente suerte corrieron Bautista Sepúlveda (50), su hijo Facundo (18) y Raúl Salvarredi, acusados solo por robo y que decidieron en un abreviado reconocer su participación y pactar una pena. 

La víctima del caso fue Felipe Vilca (52), ultimado a golpes en la noche del 28 de abril pasado en la finca de Rodeo del Medio en donde vivía y trabajaba, en Maipú. En ese lugar cuatro malvivientes lo sorprendieron mientras estaba con su familia, le sacaron dinero y pertenencias y uno de ellos lo terminó asesinando. 

De acuerdo a la reconstrucción del hecho que hizo la fiscal Andrea Lazo, los Sepúlveda y Salvarredi participaron únicamente del asalto y estaban a unos 100 metros del cuarto sospechoso, cuando este le habría dado muerte al hombre. Esto hizo que los tres primeros quedaran imputados por robo agravado por el uso de arma, tras lo cual rápidamente decidieron finalizar la investigación en su contra. 

Padre a hijo a dos meses del crimen pasaron por un juicio abreviado, admitieron su intervención y fueron condenados. El mayor de ellos recibió 15 años de prisión con declaración de reincidencia, en tanto que el joven acordó de 10 años de cárcel, 

Un tiempo más tarde haría lo mismo Salvarredi. Reconoció el delito que le endilgaban y su sentencia fue de 8 años. 

Quien tomó otro camino es Oliva, sindicado como el autor material del crimen, que llegará a un juicio por jurados en febrero próximo con la posibilidad de perpetua. Será uno de los primeros debates del 2024 según la agenda establecida. 

El asalto que terminó con la vida de Vilca se registró alrededor de las 22 de aquella jornada en la finca López, ubicada en el Carril Los Álamos y Ruta 20. Allí se encontraba Felipe con su esposa y sus hijos, todos oriundos de Bolivia, cuando fueron atacados por una banda de delincuentes. 

A la familia los agresores la redujeron para comenzar a tomar dinero y pertenencias, haciéndose de $10.000, un televisor 42 pulgadas y una garrafa, entre otras cosas. 

En un momento al dueño de casa uno de los ladrones lo apartó y se lo llevó a otro sector del predio, en donde lo agredió y lo mató a golpes. Los cuatro sujetos escaparon minutos después en una trafic blanca Mercedes Benz de las víctimas, que al día siguiente apareció abandonada. 

Declaraciones, testigos y otros elementos permitieron la identificación de los acusados, que cayeron detenidos a menos de un mes del fatídico hecho de inseguridad.