Elecciones 2019
Fernández Fernández, Perón Perón: la épica al servicio propio
La decisión de Cristina Fernández de Kirchner de ir como Vice en una fórmula con Alberto Fernández remite a la historia. Todo el mundo sabe que el poder simbólico pasa por ella y que él es un arrepentido del kirchnerismo al que utiliza como operador para tender las líneas que resulten operativas para sacarle del pantano judicial en el que la ex dos veces presidenta se ve atascada.
La decisión de Cristina Fernández de Kirchner deir como Vice en una fórmula con Alberto Fernández remite a la historia. Todo el mundo sabe que el poder simbólico pasa por ella y que él es un arrepentido del kirchnerismo al que utiliza como operador para tender las líneas que resulten operativas para sacarle del pantano judicial en el que la ex dos veces presidenta se ve atascada.
Como en aquella formula Perón Perón entre Juan Domingo y su tercera esposa, María Estela Martínez, esta vez tampoco hay añadido de valor de los dos juntos, sino que sigue teniéndolo uno solo.
Otra fórmula clásica en el manual peronista es que uno vaya a al gobierno y la otra al poder, en una reedición del modelo Cámpora. Pero en los tiempos que corren y en la situación en la que se encuentra la médula de las gestiones kirchneristas (gran parte procesado o en prisión por actos de corrupción) dejan en claro que no es una construcción política, sino personal.
Es ella quien necesita volver a tener el control de los resortes del poder y todos los demás que la rodeen, por arriba o por abajo, están para cumplir sus deseos.
El modo auto épico de la semana de Mayo y el recuerdo a Nestor Kirchner representan, en este marco, el plafón perfecto para catapultarse tal cuál es: no ha cambiado nada.
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