Vitivinicultura

Ganadores y perdedores de una cosecha excepcional

La vendimia fue generosa en cantidad y calidad, aunque la perspectiva de beneficios no aparece equilibrada para los actores del sector. Los exportadores se entusiasman mientras y los productores buscan pasar el invierno.

sábado, 25 de mayo de 2019 · 12:24 hs

La vendimia 2019 será recordada en Mendoza por la calidad excepcional de la uva, la cual derivará en vinos del mismo calibre. Mientras se esperan los datos oficiales del cierre de cosecha, los productores estiman que el volumen será muy similar al del año pasado y con un producto igual o superior al de 2018.

La temporada arrancó con los recurrentes fantasmas de la “supercosecha” con bodegas desbordadas de stock y el temor por no poder levantar la uva de las viñas.

Sin embargo nada de esto sucedió y hoy el sector vitivinícola espera atento el efecto de la puesta en marcha del Fondo Anticíclico implementado por el Gobierno provincial.

La compra de uva para mosto, una de sus patas, fue un éxito, con unos 600 productores colocando su producción en un operativo para el cual se destinaron unos $300 millones. Eso ayudó a incentivar la cosecha y hacer base para la temporada de poda.

Sin embargo el panorama no pintó igual para los viñateros que no entraron en la operatoria. En este caso esperaban que las herramientas del Fondo para bloquear vinos con un incentivo de $1 por litro hicieran subir el precio y, en efecto cascada, llegara a la uva. Sin embargo trabas legales en la reglamentación hicieron que se terminara la cosecha sin el beneficio en marcha, lo mantuvo planchado el precio.

Las bodegas exportadoras esperan además la implementación del beneficio del bono fiscal de $2 por litro vendido al exterior. Según fuentes del sector la traba en este caso es que hay un monto fijo disponible lo que haría que no se pueda garantizar una disponibilidad plena para todos.

Por último, los obrero de viña esperan la inyección de $130 millones comprometida en el Fondo Anticíclico para amortiguar el impacto de la inflación en sus bolsillos durante el invierno.

Salvados por el mosto

Uno de los sectores con mejor perspectiva de brindis para la temporada es el de los exportadores de mosto. La demanda sumó a una importante diversificación (estiman que un 30% de la uva fue a jugo) y el producto ya tiene destino garantizado en el exterior.

Si bien los precios se mantienen en línea con los del año pasado, el volumen del negocio tiene fuertes perspectivas de crecimiento. En el juego entra como elemento clave el “factor China”. El gigante asiático es un proveedor de nivel mundial de mosto de manzana, que compite de manera directa con el de uva. Sin embargo heladas en las regiones productoras del noroeste del país oriental el mes pasado derivaron en una merma del 25% en la oferta, lo cual puede beneficiar al producto argentino.

Además en el sector están expectantes sobre el efecto que la guerra comercial entre Washington y Pekín tendrá en el ingreso del mosto chino a Estados Unidos. Allí también puede haber una importante oportunidad para el jugo de uva nacional.

En cuanto a las bodegas, las más dependientes del mercado interno tendrán, como toda la actividad económica, meses difíciles por delante con la recesión como factor común. El dato alentador: en el primer cuatrimestre el consumo de vino se mantuvo estable mientras que el de cervezas y gaseosas cayó “dos dígitos” según voces del sector vitivinícola.

Un escenario más favorable se presenta para las bodegas exportadoras las cuales, como todos los jugadores del sector, debe competir en un escenario desafiante pero con facturación en dólares y consumo creciente en Europa como potenciales ventajas.

Por último, en el podio de los ganadores se ubican los consumidores, que gozarán de una cosecha de calidad “extra premium” con precios relativamente estables o de ajuste a cuentagotas en un escenario recesivo. De todos modos un poder adquisitivo fuertemente corroído difícilmente pueda aprovechar las mieles de la oportunidad por más esfuerzo que hagan las bodegas para evitar remarcaciones a la par de la inflación.