Economía

"Compre mendocino", trinchera insostenible en el libre comercio

El acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea obliga a reconfigurar la forma de hacer negocios tanto tranqueras adentro como afuera. No entenderlo hará más daño a Mendoza que intentar superar un proteccionismo que se hará inviable.

sábado, 6 de julio de 2019 · 15:57 hs

El 'compre mendocino' no va más, es algo del pasado”, señaló el gobernador días atrás en la presentación de una multimillonaria inversión de YPF en su refinería de Luján de Cuyo.

Alfredo Cornejo sorprendió al romper con la etiqueta del chauvinismo provinciano y llamar a las fuerzas productivas mendocinas a un baño de realidad ante un escenario económico en el que el proteccionismo se tornará eventualmente insostenible.

El gobernador se refería a la reconfiguración en la forma de hacer negocios que implica el nuevo acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea, el cual tendrá impacto a todos los niveles de la economía nacional, del puerto de Buenos Aires a la finca mendocina y la Pyme metalmecánica local.

YPF presentó un plan de inversión de 1.400 millones de dólares en cinco años para que en 2024 su planta de Luján pueda abastecer al mercado de combustibles a la altura de las exigencias cualitativas y medioambientales de ese momento.

Esto implica una inyección de adrenalina para empresas de todo tipo en Mendoza. De hecho por estos meses la parada técnica de revisión de parte de la planta implica más de 1.000 empleos directos de contratistas que trabajan para la petrolera.

Hasta no hace tanto lo lógico era que la provincia exigiera o negociara con la empresa una cláusula de “compre local” para que la inversión derramara alrededor del pozo. Esto garantiza trabajo a empresas mendocinas, pero va a contramano de su futuro en un mundo que plantea ofrecer un combo competitivo de precio y calidad como única opción de supervivencia.

¿Qué pasaría con estas Pymes y el “compre local” si estuviera ya vigente el fin de los aranceles para el comercio Mercosur-Unión Europea? Sin tener la bola de crista, cualquier empresario entendería que no tiene sentido realizar inversiones fuera de lo estrictamente necesario en un escenario proteccionista que encarece sus costos sin aportar beneficios extra.

En el otro extremo, tampoco puede la Provincia abandonar a cada quien a su suerte luego de largas décadas de escandalosa desigualdad en el desarrollo de las economías a un lado y el otro del Atlántico. Por eso en los próximos años será clave el pulso de quien mande en Casa de Gobierno para, con inteligencia, analizar la forma de apalancar a la economía local sin caer en un proteccionismo inviable ante el libre comercio acordado.

Volviendo a YPF, en el caso del petróleo ha sido clave la relación que Cornejo y sus predecesores han sabido tejer con los sindicatos provinciales, la cual debe ser motivo de envidia de Neuquén hacia el sur.

El panorama de violencia (armas y tiros incluidos) que se ve en las internas sindicales patagónicas no tienen lugar en la provincia, lo cual representa un guiño fuerte para potenciales inversores que saben lo que duele la puñalada sindical de un pozo parado.

Una pata sindical firme pero civilizada cierra el triángulo de equilibrio que deberán tejer empresas, Estado y trabajadores para los desafíos que el nuevo mapa económico mundial presenta, acelerado hoy por el libre comercio con el viejo mundo.