Vitivinicultura

El delicado TEG del vino argentino en el acuerdo Mercosur-UE

Las partes (con Brasil a la cabeza) parecen decididas a poner el sello a más de 20 años de negociaciones. Titanes exportadores se esperanzan mientras que pequeños jugadores de cabotaje temen.

sábado, 8 de junio de 2019 · 15:35 hs

El Mercosur y la Unión Europea tienen casi listo el acuerdo de libre comercio e intentarán sellarlo antes de fin de año. Sin embargo en el “casi” entra un sector clave para Mendoza, que es la vitivinicultura.

Las objeciones de parte de la industria del vino y del sector de lácteos demoran el sello de negociaciones entre ambos bloques que comenzaron hace más de 20 años.

El Gobierno nacional contaba con la venia del pool de exportadores, que esperan potenciar su negocio al entrar sin aranceles al viejo mundo. Esto, sumado a la ventaja cambiaria, les brindaría importantes oportunidades para mejorar su facturación. Y de -tal como se perfila- fracasa el Brexit y Gran Bretaña permanece en el bloque europeo, doble festejo.

Esto, sin embargo, les haría resignar mercados en la región, principalmente en Brasil, ya que el gigante sudamericano podría relegar aún más la participación argentina, golpeada ya en 2017 por Portugal, que le quitó el segundo lugar detrás de Chile.

El año pasado el Mercosur exportó a la Unión Europea U$S 220 millones en productos vitivinícolas, mientras que el bloque europeo (incluyendo a Reino Unido) envió a nuestra región U$S 170 millones en este mercado, lo que arroja un saldo comercial favorable al Mercosur en el orden de los U$S 50 millones según datos difundidos por el Observatorio Vitivinícola.

De prosperar el acuerdo el Mercosur, con Argentina como locomotora, podría expandir de manera significativa su exportación y mantener la balanza favorable.

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Los que la ven pasar, temen

Como contraparte de los exportadores, las bodegas que venden tranqueras adentro temen que la apertura libre de impuestos a vinos del viejo mundo haga tambalear su mercado.

Si bien la estructura de costos y la diferencia cambiaria harían difícil una verdadera invasión de vino europeo en casas y restaurantes argentinos, la industria ve con preocupación el caso español, país que lleva adelante una potente política exportadora. Esto incluye fuertes subsidios a su vitivinicultura, lo que alentaría a una competencia desleal en un comercio interbloque sin barreras arancelarias.

Del otro lado del charco, en España los productores también expresan su preocupación, pero principalmente por el tema de las Denominaciones de Origen, etiqueta sagrada que les abre puertas en todo el mundo. En La Rioja, por ejemplo, rechazan etiquetas argentinas de “vino riojano”, que podría generar confusión (o engaño) entre los consumidores.

Acuerdo vitivinícola, no del vino

Vale, sin embargo, tener en cuenta que en el acuerdo Mercosur-UE el vino es solo un elemento de un variado menú comercial que incluye insumos y bienes de capital, entre otros.

En este caso Argentina podría beneficiarse de un acceso más beneficioso a tecnología europea de punta, lo que potenciaría su producción vitivinícola y, si el país logra entrar en un rumbo macroeconómico “normal”, podría derivar en un proceso virtuoso para la industria.