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Deléita con un ensoñador postre express: frutillas con crema para todos

Aprende paso a paso y fácilmente a preparar unas deliciosas frutillas con crema con nuestra receta favorita e imbatible.
Frutillas con crema para toda la famila: postre rápido, sano y delicioso Foto: Shutterstock
Frutillas con crema para toda la famila: postre rápido, sano y delicioso Foto: Shutterstock

Una receta sencilla, fresca y deliciosa, las frutillas con crema son una opción ideal. Este postre combina el dulzor natural de las frutas con la suavidad de la crema batida (nata), creando un contraste perfecto de sabores y texturas. Ideal para días calurosos o como cierre ligero de una comida.

Las frutillas con crema es uno de esos clásicos que no pasan de moda. Su sencillez es parte de su encanto: solo necesitas buenos ingredientes y un poco de cariño para montar un postre delicioso, elegante y refrescante. En América Latina y Europa, es una preparación común tanto en casas como en restaurantes, y suele servirse en copas o vasos para realzar su presentación.

Además, es versátil. Puedes prepararla de forma más ligera, con yogur o crema vegetal, o hacerla más indulgente con crema batida con azúcar o incluso un toque de licor. También se presta para variaciones con otras frutas como arándanos, frambuesas o duraznos, aunque la frutilla (fresa) sigue siendo la protagonista indiscutible. ¡Vamos a la receta!

El origen de las frutillas con crema se asocia al Reino Unido, especialmente al torneo de Wimbledon. Fuente: Shutterstock

 

Ingredientes

500 g de frutillas frescas, 250 ml de crema de leche (nata para montar), 4 cucharadas de azúcar blanca, 1 cucharadita de esencia de vainilla (opcional), 1 cucharada de azúcar glass (opcional, para decorar), hojas de menta fresca (opcional, para decorar).

 

Procedimiento

  1. Comienza lavando muy bien las frutillas bajo un chorro suave de agua fría. Escúrrelas y sécalas cuidadosamente con papel absorbente o un paño limpio para evitar que se aplasten. Luego, retira los cabitos y córtalas en mitades o cuartos, dependiendo del tamaño de las frutas y tu preferencia de presentación. Si lo deseas, puedes reservar algunas frutillas enteras para decorar al final.
  2. Este paso es opcional, pero aporta un sabor extra. Coloca las frutillas cortadas en un bol y añade una o dos cucharadas de azúcar. Mezcla suavemente y deja reposar durante 15 a 20 minutos. Esto ayudará a que suelten jugo y se intensifique su dulzor natural, formando un almíbar ligero.
  3. Mientras las frutillas se maceran, coloca la crema de leche (nata) bien fría en un bol. Es importante que esté refrigerada al menos unas horas antes, ya que la crema fría monta mejor. Con ayuda de una batidora eléctrica o un batidor de mano, comienza a batir la crema a velocidad media-alta. Cuando comience a espesar, añade poco a poco las 4 cucharadas de azúcar blanca y, si lo deseas, la cucharadita de esencia de vainilla. Continúa batiendo hasta que la crema forme picos suaves y consistentes. Ten cuidado de no batir en exceso, ya que podrías convertirla en manteca.
  4. En copas, vasos o recipientes individuales, coloca una base de frutillas (con o sin jugo, según tu gusto), luego una capa generosa de crema batida. Puedes alternar varias capas para lograr una presentación más vistosa. Repite hasta completar las copas, terminando con un copo de crema en la parte superior.
  5. Decora cada porción con una frutilla entera o una rodaja en el borde de la copa. Si tienes hojas de menta, colócalas encima para aportar frescura y color. También puedes espolvorear una pizca de azúcar glass sobre la crema para darle un toque elegante.
La acidez de la frutilla y la suavidad de la crema hacen una pareja culinaria ideal. Fuente: Shutterstock


Guarda las copas de frutillas con crema en la heladera por al menos 30 minutos antes de servir, para que estén bien frescas. Esto también permite que los sabores se integren mejor. Sirve como postre ligero después de una comida o como merienda especial.

Las frutillas con crema son un postre ideal para quienes buscan algo fácil, sabroso y rápido de preparar. Con pocos ingredientes y sin necesidad de cocción, es perfecto para cualquier ocasión, desde una cena elegante hasta una tarde familiar. ¡Y a disfrutar!