Sagargala, el postre vasco más delicioso del mundo, explicado paso a paso ¡no te lo pierdas!

La sagargala es una tarta que se caracteriza por su dulce sabor a manzana y la irresistible textura cremosa en su interior. Su nombre proviene de la palabra en euskera "sagar" que significa manzana, así que si esa es tu fruta preferida, no dudes en seguir paso a paso nuestra receta favorita. ¡Manos a la obra!

Ingredientes

Para la base de bizcocho: 3 huevos grandes, 70 gramos de harina de trigo especial repostería, 70 gramos de azúcar.

Para el almíbar: 100 mililitros de agua, 50 gramos de azúcar, 20 mililitros de licor (ron, anís o el de tu preferencia).

Para el relleno de queso: 100 mililitros de nata líquida para montar o crema de leche, 5 hojas de gelatina o un sobre de 14 gramos de gelatina sin sabor, 250 gramos de queso fresco, 350 mililitros de nata montada, 60 gramos de azúcar glass o impalpable.

Para la cobertura de manzana: 3 manzanas grandes, 1 rama de canela, 15 gramos de mantequilla, 3 hojas de gelatina o un sobre de 7 gramos de gelatina sin sabor.

Procedimiento

El primer paso para preparar este delicioso postre vasco es comenzar por pelar las manzanas y retirarles correctamente las semillas. Luego, debes trocearlas y llevarlas a una sartén junto con la mantequilla, la rama de canela, y una cucharada de azúcar. Tápala y cocina las manzanas a fuego medio durante media hora. Recuerda que debes remover de vez en cuando, para que no se quemen.

Apenas la manzana esté tierna, es momento de retirar la canela y triturar todo en una procesadora de alimentos o batidora de mano. Lo que harás para ese momento es hidratar las hojas de gelatina en un recipiente con agua fría. Este proceso durará solo un par de minutos, luego escúrrelas correctamente y añádelas a la compota de manzana. Ahora, cubre un molde para budín con papel vegetal y vierte encima el resultado de las manzanas con la gelatina bien disuelta.

El próximo paso es dejar que se atempere, antes de guardar el molde en el refri. Apenas lo haga, resérvalo mientras montas el pastel. Entonces, ahora céntrate en la preparación del bizcocho: bate los huevos y el azúcar en un bol amplio con la ayuda de varillas eléctricas. Hazlo hasta que la masa triplique su volumen y se torne de color amarillo claro. Luego añade de a poco la harina, tamizándola mientras tanto.

Lo que harás ahora es remover suavemente, con movimientos envolventes, la mezcla para conservar el aire del batido. Hecho eso, extiende la masa sobre una bandeja de horno forrada con papel encerado. Ahora cocina el bizcocho en el horno, que previamente debes haber precalentado a 180º C con calor arriba y abajo. La cocción, primeramente, debe ser de 12 minutos o hasta que la superficie se vea dorada.

Para continuar con esta receta totalmente deliciosa, debes retirar, pasados esos minutos, el bizcocho y dejarlo enfriar sobre una rejilla metálica. Mientras tanto, reserva y encárgate de preparar el relleno de queso: hidrata las hojas de gelatina en un recipiente con abundante agua bien fría durante unos cinco minutos.

Lo próximo que harás es calentar 100 mililitros de nata líquida en el microondas y, cuando la gelatina esté hidratada, deberás escurrirla y la añadirla a la anterior. Remueve enérgicamente para que no queden grumos indeseados, y deja atemperar. En paralelo, tritura el queso fresco con la ayuda de una batidora eléctrica. Cuando lo tengas triturado, incorpóralo de a poco a la mezcla de nata con gelatina. Bate ligeramente hasta conseguir una crema homogénea y espesa.

El próximo paso para obtener un sagargala delicioso es montar el resto de la nata o crema de leche, que deberá estar bien fría, junto con el azúcar glass. ¡Ten cuidado de que no se pase! Ahora, incorpora un poco de la nata montada a la mezcla resultante de gelatina, queso y nata. Remueve perfectamente y conseguirás una mezcla sin grumos. Luego, vuelca poco a poco esta mezcla a un bol amplio y remueve con movimientos envolventes.

Encárgate de verter el relleno de queso en el molde que tienes reservado, sobre la capa de compota de manzana, sin llegar al borde, ya que necesitarás espacio para el bizcocho. Después, corta el bizcocho en un rectángulo del mismo tamaño que la parte superior del molde, y colócalo en su interior. Este debe oficiar de tapa, pero no te preocupes si no sale totalmente perfecto.

Ya falta muy poco para obtener este postre exquisito: cubre el molde con papel film y resérvalo en el refri durante, al menos, ocho horas. Pasado ese tiempo, cuando llegue el momento de servir el sagargala, retira el molde del refri y déjalo atemperar ligeramente. Después, prepara el almíbar, simplemente cociendo el agua con el azúcar durante 20 minutos.

Cuando tengas listo el almíbar, añádele el licor de tu preferencia y pincela con esta mezcla el bizcocho. Ayudará a que quede bien empapado, y desmolda el sagargala con mucho cuidado sobre una fuente para servir. ¡Listo! Recuerda, si tienes dudas o quieres aportar sugerencias de recetas, nos puedes contactar a cocinemosjuntosmdz@gmail.com te contestaremos a la brevedad.