De gran utilidad: métodos para limpiar y desinfectar la piscina

Cuando los días de calor se asoman, no hay mejor opción que gozar del tiempo libre en una piscina para refrescarte. Si tienes la suerte de contar con una piscina o una pileta de lona, podrás disfrutar de un momento de relajación en el patio de tu casa, sin sufrir los calores intensos de la primavera y del verano. 

Si quieres estar preparado para los días de calor, procura comenzar con la limpieza y el mantenimiento de la piscina desde este momento. Aquí veremos cómo limpiar y desinfectar la piscina para que al usarla disfrutes del agua transparente y refrescante.

Si durante el otoño e invierno mantuviste la piscina colocando los productos necesarios para desinfectarla y la tapaste para que no se llenara de suciedad, su limpieza final será mucho más fácil y rápida. En cambio, si no estuvo cubierta por todo ese tiempo, lo más probable es que el agua esté verdosa y sea necesario limpiarla a fondo.

Cómo limpiar correctamente la piscina

Para comenzar con la limpieza de la piscina, necesitarás una red tipo pala o malla, un cepillo para albercas, una aspiradora limpiafondos y un floculante o clarificador, en caso de que el agua esté verde.

En principio, con la ayuda de una pala o malla retira de la superficie del agua todas las hojas e insectos muertos. Después, retira el agua para comenzar a cepillar las paredes y el suelo de la piscina. 

En cambio, si prefieres no vaciarla para seguir aprovechando el mismo agua, debes buscar algún producto con floculante o clarificador. Este es un líquido que agrupa las pequeñas partículas formando aglomerados en el fondo de la piscina, llamados flóculos. Es decir, lo que hará es recoger todas las partículas que hacen "verde" el agua y las llevará al fondo de la piscina. Así, todo lo verde se verá agrupado para que sea más fácil de limpiar.

Para usar el floculante debes verterlo en el agua y cepillar las paredes y el suelo de la piscina. Lo recomendable es verter un máximo de 750 mililitros por cada 50 m3 de agua. Luego, deja que el producto actúe toda la noche y continúa con la limpieza al día siguiente.

Para seguir, limpia el fondo manualmente o con una aspiradora automática. Tras pasar el limpiafondos, vuelve a pasar el cepillo por el fondo y las paredes. El último paso de esta labor será echar el alguicida o líquido antialgas.