Coloridas, cómo cuidar una cala en tu jardín

Una de las plantas infaltables para el jardín es sin dudas la cala, que en su versión tradicional tiene flores blancas. Sin embargo, también se la puede conseguir en diferentes colores. En estos casos, es preciso tener en cuenta algunas pautas de cuidado que harán que pueda crecer en tu patio o en el interior de la casa en perfecto estado.

En concreto, las calas son originarias de África, aunque su cultivo se ha extendido hacia otras partes del mundo y ahora podemos disfrutarlas en nuestro jardín. La más popular es la de flor de color blanco, aunque las podemos en ver en otros tonos. Estas tienen forma de embudo y un perfume muy característico. 

En el caso de las calas de colores, las flores y las hojas son más pequeñas y se las puede encontrar en naranja, amarillo, lila o rojo. Pero también pueden variar en cuanto a sus cuidados, por lo que si quieres una de esas en casa, entonces ten en cuenta estas pautas.

Ubicación

Un primer aspecto para tener una cala en tu jardín implica asegurarte de que tenga dosis intermedias de sol. Esto es, que no esté expuesta directamente a los rayos ni que tampoco esté en sombra total. Por eso, procura colocarla en el interior de tu casa o en el jardín en semisombra, donde además esté protegida de las heladas y del calor extremo.

Sustrato

Por otra parte, deberás pensar en el sustrato. La tierra en la que colocarás tu cala es importante dado que hará la diferencia en el cultivo. Esta debe ser capaz de retener la humedad pero a la vez, contar con buen drenaje para que el líquido no se acumule.

Riego

En relación a eso, ten en cuenta que la cala requiere de riego abundante pero no en exceso. Para ello, deberás asegurarte de que mantenga la humedad entre riego y riego.

Abono

Por último, te servirá saber que si quieres una cala en el jardín tendrás que usar fertilizante líquido cada dos semanas durante la primavera para que cobre mucha energía y tenga una excelente floración.