Kalanchoe, una suculenta con propiedades asombrosas

El kalanchoe es un género de plantas que incluye a más de 125 especies. Muchas de ellas son reconocidas debido a que se le atribuyen propiedades contra el dolor y la inflamación. Más allá de esta interesante característica, los ejemplares que forman parte de esta familia tienen una belleza asombrosa y son dignas de formar parte de cualquier jardín.

Dentro de esta maravillosa familia de plantas se puede conseguir arbustos o ejemplares herbáceos. Son principalmente suculentas, por lo tanto, no tienen grandes requerimientos de riego. Además, al ser sensibles a la exposición directa del sol, son normalmente cultivadas como plantas de interior.

En el último tiempo, son las especies originarias de Madagascar las que han ganado una gran fama entre los amantes de la jardinería. Esto está relacionado a las peculiares formar y colores de las hojas y, también, a la floración de algunas especies.

Kalanchoe más populares

Kalanchoe daigremontiana: esta planta tiene la particularidad de producir en los márgenes de sus hojas brotes de plántulas por lo que su reproducción puede ser algo invasiva.

Se desarrolla muy bien en ambientes áridos o semiáridos y tiene una enorme resistencia a las temperaturas extremas.

Además, si bien se utilizan sus activos en medicina contra el cáncer, no se recomienda su uso doméstico ya que puede ser altamente tóxica.

Kalanchoe blossfeldiana: son plantas carnosas que se caracterizan por su florescencia. Esta se da, de forma natural, entre finales de invierno y se extiende hasta finales de primavera. Sin embargo, en los cultivos domésticos este periodo se puede ampliar e, incluso, lograr que se mantenga durante todo el año.

Es que, debido a que no soporta temperaturas por debajo de los 10°, es normal, que se la cultive en interiores. Quienes tienen conocimientos de jardinería, consiguen extender su floración tapándola o limitando su exposición a la luz.

Kalanchoe tomentosa: esta planta, popular por sus hojas en forma de estrella es conocida por su lento crecimiento, aunque puede llegar a medir hasta un metro de alto.