Quedará perfecta, cómo lavar ropa tejida sin provocarle daños

La ropa tejida no solo es bonita, sino que además es abrigada. Su uso se ha extendido por el mundo y diferentes hilos y lanas se han ido colando entre culturas hasta conseguir un amplio abanico de puntos, formas, texturas y estilos. Al día de hoy, se pueden usar prendas de este estilo en invierno y verano. Sin embargo, el problema viene al momento de limpiar y quitar su suciedad. Conoce cómo lavar tus tejidos sin dañarlos, gracias a estos consejos.

Lavar la ropa es una tarea que hacemos a diario y la tenemos tan incorporada dentro de nuestra rutina, que casi no reparamos en ello. De hecho, es probable que de forma automática separes la ropa por color o tela y la pongas en la lavadora sin siquiera ser consciente de ello. Sin embargo, el problema suele aparecer cuando entre las cosas para limpiar aparece ropa tejida y nos preguntamos cómo hacer para no dañarla.

Es que un mal lavado, o una limpieza en la lavadora, puede provocar que se estropee, se estiren los puntos, se enganche uno de ellos con otra prenda y así, aparecer un caos. Es por esto que lo recomendable es limpiar la ropa tejida a mano y evitar lo más posible el lavarropas, aplicando estos consejos.

En primer lugar, trata de diferenciar las prendas por color. En tal sentido, elige lavar los tejidos oscuros con agua fría para evitar que pierda color. Además, no apliques el jabón directamente sobre la ropa, ya que podría quedar atrapada entre las fibras y luego no podrías quitarlo fácilmente.

En tal sentido, busca un recipiente y llénalo de agua lo suficiente como para que puedas sumergir la ropa tejida por completo. Echa allí unas gotas de jabón para ropa delicada para lavado a mano. Con tus manos mueve el líquido de manera que se forme espuma y coloca allí las prendas. En el caso de manchas profundas, puedes frotar suavemente con la yema de tus dedos con un poco de jabón.

Luego de estar cinco minutos allí, quítala, renueva el agua y esta vez coloca un poco de suavizante para que el tejido quede suave y perfumado. Sumérgelo unos segundos y retíralo. Finalmente trata de escurrir apretando con tus manos. Pon una toalla sobre una mesa o silla que esté al aire libre a la sombra y extiende allí tu ropa tejida.

Como consejo, jamás cuelgues estas vestimentas mojadas, dado que el peso de la lana con agua podría provocar que se estire. Una vez que hayas finalizado el proceso, dobla y guarda sin planchar.