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Qué es el Shadow AI: por qué los trabajadores usan inteligencia artificial en secreto para no perder su empleo

El fenómeno investigado en Reino Unido revela cómo miles de empleados usan inteligencia artificial para conservar su puesto.

Cada vez son más los trabajadores que utilizan la inteligencia artificial.

Cada vez son más los trabajadores que utilizan la inteligencia artificial.

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Una reciente investigación en el Reino Unido reveló que el 71% de los trabajadores utiliza herramientas de inteligencia artificial(IA) no autorizadas por sus empresas. El fenómeno se conoce como Shadow AI o IA en la sombra. Este término describe el uso cotidiano de programas capaces de redactar correos, resumir informes o realizar cálculos financieros sin aprobación formal del empleador. Se trata de un uso paralelo, oculto o simplemente tolerado por omisión, que se expande en todos los sectores y que, aunque parece un acto de rebeldía tecnológica, en realidad expresa una forma de miedo.

El miedo no es teórico. Cada trabajador intuye que su puesto puede desaparecer y no piensa que el empleo en general esté amenazado, sino que su empleo, el que sostiene su casa y su identidad, puede ser suplantado por una máquina. Esa sensación no se manifiesta como un un impulso individual: “si aprendo a usar esto antes que otros, si aumento mi productividad, quizás no me echen”. Así, la IA deja de ser una herramienta experimental para convertirse en un mecanismo de defensa personal.

Las empresas, en cambio, ven el fenómeno desde el costado opuesto: lo interpretan como una amenaza a la seguridad de sus datos o a la coherencia de sus procesos internos. Los departamentos de informática advierten que los empleados introducen información confidencial en sistemas externos, sin control ni trazabilidad. Tienen razón, pero esa mirada técnica ignora el fondo del problema. La expansión de la IA en la sombra no es un problema de ciberseguridad, sino de inseguridad laboral.

En la práctica, la mayoría de quienes usan estas herramientas no lo hacen para engañar o eludir reglas, sino para conservar su lugar. La IA eficientiza tareas, responde a demandas imposibles, evita errores y demuestra eficacia ante superiores cada vez más exigentes. El trabajador se convierte en su propio sustituto parcial, con la incorporación de la máquina antes de que la empresa lo haga desde arriba. Es una paradoja, ya que se acelera el proceso de exclusión con el intento de permanecer en el sistema.

El fenómeno observado en el Reino Unido se repetirá en casi todo el mundo, porque la lógica que lo impulsa es universal. La automatización ya no es una amenaza lejana, sino una certeza que cada empleado esquiva en soledad. No hay sindicatos de IA ni negociaciones colectivas sobre algoritmos. Hay individuos que se sienten observados, medidos, comparados y que, para sobrevivir, recurren a la misma herramienta que los amenaza.

Por eso el Shadow AI no es un asunto tecnológico. Es la expresión más visible de un proceso de sustitución que empezó mucho antes, cuando la productividad se convirtió en medida de valor personal. La IA no crea ese miedo, lo organiza y lo amplifica. El 71% de trabajadores que la usa en secreto no hace trampa, intenta seguir perteneciendo. Y mientras las empresas discuten protocolos, los empleados actúan desde el instinto más primario del mundo laboral: no desaparecer.

Las cosas como son

Mookie Tenembaum aborda temas de tecnología como este todas las semanas junto a Claudio Zuchovicki en su podcast La Inteligencia Artificial, Perspectivas Financieras, disponible en Spotify, Apple, YouTube y todas las plataformas.