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Elecciones en España: qué dicen a esta hora los boca de urna del #28A

Los datos a los que ha accedido el por portal <i><a href=" https://www.elespanol.com/" target="_blank">El Español</a></i> sitúan a PP, Ciudadanos y Vox muy lejos del poder, con una suma de escaños alrededor de los 157.

domingo, 28 de abril de 2019 · 15:30 hs

Más allá de que la ley electoral no permita publicar encuestas desde cinco días antes de la cita con las urnas, este 28-A se presenta con fluctuaciones finales muy significativas, según los trackings de última hora -elaborados este mismo día de reflexión- a los que ha tenido acceso El Español. Y es que se confirmaría la "remontada" de Unidas Podemos por la que bramaban el viernes sus candidatos en la piña humana organizada tras dejar Pablo Iglesias el micrófono en el cierre de campaña.

Los datos a los que accedió El Español indican que la candidatura de Podemos, IU y Equo estaría ya por encima del 16% de intención de voto y habría crecido entre 3 y 5 puntos desde las últimas encuestas publicadas el 22 de abril. Claro que esos sondeos fueron realizados antes de la celebración de los dos debates televisados, el lunes y el martes, en los que Iglesias salió muy bien parado. Desde este lunes, la subida de Podemos a Costa del PSOE es inexorable según las principales empresas demoscópicas.

Estos resultados podrían colocar a Unidas Podemos como tercera fuerza por primera vez desde la convocatoria electoral, que inauguró hundido hasta la quinta posición. Ahora huiría del sorpasso de Vox y al menos en intención de voto Iglesias recuperaría el tercer escalón que hoy ostenta en el Congreso. Aunque en escaños su horquilla de 46 a 50 lo podría dejar todavía por detrás de Ciudadanos.

El PSOE se desinflaría al final

Los políticos no le dan validez a las encuestas... salvo cuando salen bien en ellas. Pedro Sánchez llegó en 2014 al liderazgo del PSOE como un descreído de los estudios demoscópicos y basó su decisión de seguir adelante tras los malos resultados de 2015 y 2016 en que había vencido a los sondeos y asegurado que el partido seguía liderando el centroizquierda.

Mucho ha cambiado desde entonces y los últimos compases de la campaña electoral han sido enmarcados en el PSOE por el lema "Estamos muy cerca". Las encuestas no paraban de sonreír desde que Sánchez anunciase el 15 de febrero que las elecciones serían el 28 de abril.

Sin embargo, la gestión de los debates y la propia actuación del candidato a la reelección le ha hecho perder fuelle a última hora. Los trackings de este sábado muestran al PSOE en caída, más acusada o más leve según la empresa demoscópica. Pero desde el lunes habría perdido entre uno y dos puntos y ahora estaría en una horquilla entre los 105 y los 119 escaños.

Lo cierto es que la semana final se le ha hecho larga a los socialistas, pues la curva que puede verse encima de estas líneas señalaba claramente una uve. Y ahora cae. La bajada tras la llegada a la Moncloa a través de la moción de censura -el Gobierno fue desgastando las expectativas del PSOE en parte por la gestión de la crisis institucional en Cataluña, algunas decisiones de gestión y la imagen de algunos miembros del gabinete- se corrigió con el anuncio de la fecha marcó. El punto de inflexión dio alas al PSOE, centrado en la promesa de medidas sociales, la conjura contra la ultraderecha y con los pactos poselectorales como un tabú sobre el que apenas se ha pronunciado en toda la campaña.

El centro y la derecha, estables

A pesar del balance positivo que se hace en la sede del PP, y en los medios, de la actuación de Pablo Casado en las citas televisivas, su posición no varía. El partido había tocado fondo con la expulsión de Mariano Rajoy del Gobierno, y fue subiendo a medida que Sánchez bajaba, pero los más de dos meses transcurridos desde que se anunciase la fecha de las elecciones no le han servido para remontar vuelo. No logra despegarse demasiado del suelo del 18% y su variable de diputados lo situaría entre los 73 y los 77.

La progresión más elástica en la legislatura es la de Ciudadanos. Ahora tiene 32 escaños en el Congreso, y llegó a aparecer como primer partido de España entre marzo y junio del año pasado pero no se ha consolidado en la campaña. Los últimos trackings a 24 horas de ir a las urnas hacen oscilar a los de Rivera entre el 15% y el 16,5%, eso sí, siempre por delante de Unidas Podemos en escaños (49-57).

Mientras, Vox, un partido surgido de la nada, pasó de la irrelevancia a superar el 10% de los votos casi de manera inmediata, coincidiendo con la irrupción en Andalucía. La pesadilla perfecta para el PP, atrapado entre Cs -donde están algunos de sus votantes- y Vox -cuyos electores provienen, en su mayoría y con su líder a la cabeza, de las filas populares- oscila entre la leve baja del 11% y la tenue alza del 12%. Estas pequeñas discrepancias demoscópicas a un día de la votación le abren una horquilla muy amplia de diputados, que comenzaría en los 31 y podría alcanzar los 47.

Promedio de las últimas encuestas

En todo caso, las encuestas tienen un gran reto este domingo. Con un porcentaje de indecisos que ronda entre el cuarto o el tercio del electorado, todas estiman una cómoda victoria en las urnas del PSOE. La última de SocioMétrica para EL ESPAÑOL situaba a Sánchez al borde del 30% de los votos (29,5%). Gad3, Sondaxe y Sigma Dos le asignaban unas décimas más y otras casas de encuestas, un poco menos, pero ningún sondeo creía hasta este viernes que el PSOE bajará del 28%. A 24 horas de votar ya hay quien sí lo hace caer de esa cota.

El PP y Vox son la gran incógnita. SocioMétrica dibujaba un desplome popular desde el 33% del apoyo que actualmente tiene hasta el 18%. Casado perdería casi la mitad de los votos que cosechó Rajoy en 2016 debido a la desintegración de la derecha y la irrupción de Santiago Abascal. Con el PP, los sondeos son más dispares. Y es que es más difícil estimar el voto oculto o el peso de la España rural, un reto acentuado con Vox, partido para el que no hay recuerdo de voto con el que calibrar la estimación final.

Ciudadanos superaría el 15% en cualquier tracking, sobrepasando en un par de puntos su resultado de 2016. Para Rivera esta alza puede ser, de todos modos, un mal trago. Aspiraba a la presidencia del Gobierno y, hasta la moción de censura, los sondeos auguraban que era realista. Además, se quedaría lejos de convertirse en la alternativa a Pablo Casado.

En cualquier caso, aún podría vencer en escaños a Pablo Iglesias, pero el hundimiento que se anticipaba hace un mes se habría atemperado. Aunque Unidas Podemos pasaría de haber quedado casi a la par en votos con el PSOE en 2016, los trackings de este sábado no sólo lo alejan de la posibilidad de que Abascal lo sobrepase sino que lo vuelven a colocar mirando hacia arriba.