Un satélite soviético fuera de control podría caer sobre la Tierra en los próximos días
La cápsula de reentrada del Kosmos 482, lanzado en 1972, volverá a la atmósfera terrestre entre el 8 y el 11 de mayo. Científicos advierten que es improbable predecir el lugar exacto del impacto.
Un satélite soviético lanzado hace más de cinco décadas podría reingresar a la atmósfera terrestre de forma descontrolada entre el 8 y el 11 de mayo. Se trata de una cápsula perteneciente a la nave Kosmos 482, que fue enviada al espacio en 1972 con destino a Venus pero que nunca logró abandonar la órbita terrestre.
El vehículo espacial fue diseñado durante la Guerra Fría para estudiar la atmósfera del planeta vecino. Sin embargo, un fallo en el sistema de propulsión impidió que escapara de la gravedad terrestre, y desde entonces ha permanecido en una órbita progresivamente descendente. Investigadores del Centro de Seguimiento Satelital de los Países Bajos estimaron que el reingreso más probable se producirá el 10 de mayo, aunque advirtieron que la fecha podría variar debido a factores como la actividad solar.
La Sociedad de Astronomía del Caribe (SAC) confirmó en los últimos días que el artefacto espacial se encuentra en caída y podría atravesar la atmósfera sin desintegrarse por completo. “Lo inquietante es que pudiera alcanzar la superficie sin desintegrarse totalmente”, expresaron en un comunicado difundido a través de sus redes sociales.
Kosmos 482 fue lanzado el 31 de marzo de 1972 y su cápsula de reentrada, construida con un escudo térmico destinado a protegerla durante su ingreso a la atmósfera de Venus, sigue en condiciones de resistir el calor extremo del reingreso terrestre. El cuerpo principal de la nave ya había caído a la Tierra en 1981 y se presume que se desintegró completamente, ya que nunca fue localizado.

Jonathan McDowell, astrónomo de la Universidad de Harvard, identificó el objeto en el año 2000 y lo calificó como la cápsula de reentrada del Kosmos 482. Según explicó al Daily Mail, cuando el artefacto entre en contacto con la atmósfera terrestre a una velocidad cercana a los 27.000 kilómetros por hora, generará una onda de choque y una brillante bola de fuego. Luego, la fricción reducirá su velocidad a varios cientos de kilómetros por hora antes de impactar contra la superficie. “Es como si un auto cayera del aire a 160 o 300 kilómetros por hora”, señaló McDowell.
El experto también aclaró que el sistema de paracaídas con el que había sido equipado para aterrizar en Venus es totalmente inservible en estas condiciones. Aunque el satélite mide solo un metro de diámetro y pesa unos 495 kilos, en caso de impactar en una zona poblada podría causar daños materiales o lesiones. “No destruye una manzana de la ciudad ni nada por el estilo, pero si cae sobre tu casa o sobre ti, eso no va a ser bueno”, indicó.
A pesar de estas advertencias, McDowell subrayó que las probabilidades de que el objeto afecte a una persona son extremadamente bajas. “Si cae algo en cualquier parte de la Tierra, la probabilidad de que impacte a una persona es de aproximadamente una entre 10.000”, dijo. “Y la probabilidad de que te afecte es de una entre diez mil millones, mucho menor. No tienes por qué perder el sueño por esto”.
Especialistas explicaron que, si bien miles de fragmentos espaciales naturales y artificiales ingresan a diario a la atmósfera y se desintegran, en este caso se trata de un objeto más resistente. Por esa razón, el evento será seguido con interés por la comunidad científica.
Aunque aún no se ha determinado un punto de impacto, los investigadores señalaron que cualquier zona comprendida entre los 52° de latitud norte y sur es potencialmente vulnerable. También remarcaron que lo más probable es que el objeto caiga en el mar, pero en caso de acercarse a áreas pobladas podría observarse como un meteoro brillante, lento y con fragmentaciones visibles.
Desde la SAC concluyeron que “la caída de este objeto será de gran interés para observadores y científicos, ya que se trata de un material mucho más resistente a la desintegración que otros satélites observados anteriormente”.

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