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El plan de Donald Trump para la paz en Ucrania

Tras la conversación entre Trump y Putin, emergen detalles de un posible acuerdo de paz en Ucrania que involucra concesiones territoriales y acceso a recursos estratégicos.
Foto: EFE
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Luego de una conversación telefónica de 90 minutos entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, se ha iniciado un proceso de negociaciones para poner fin a la guerra en Ucrania. Este diálogo directo, el primero entre los líderes de Washington y Moscú desde 2022, ha generado expectativas sobre un posible acuerdo de paz de largo plazo. ¿En qué consistiría?

Trump está muy determinado en alcanzar el acuerdo cuanto antes. Ya ha designado a un equipo de altos funcionarios para liderar las negociaciones, incluyendo al secretario de Estado, Marco Rubio; el director de la CIA, John Ratcliffe; el asesor de Seguridad Nacional, Michael Waltz; y el embajador y enviado especial, Steve Witkoff.

A pesar del entendible hermetismo de la Casa Blanca y el Kremlin, se han filtrado algunos elementos clave que estarían sobre la mesa de negociaciones. Veamos.

¿Qué se sabe sobre la negociación Trump-Putin?

Según ha trascendido en la prensa estadounidense, la conversación entre Trump y Putin abordó la posibilidad de un cese al fuego inmediato seguido de una negociación estructurada. 

Trump habría propuesto un acuerdo que garantizaría seguridad a Rusia en sus fronteras, al tiempo que facilitaría la estabilidad económica de Ucrania mediante inversiones occidentales. 

Sin embargo, desde el Kremlin poco o nada ha trascendido.

Las concesiones territoriales: ¿Un punto de quiebre?

Uno de los puntos más controvertidos es lo que parece ser una muy probable concesión territorial por parte de Ucrania. Se ha propuesto que Kiev renuncie aproximadamente al 20% de su territorio, incluyendo las regiones del Donbás, Jersón y Zaporiyia, actualmente bajo control ruso. Además, Crimea quedaría formalmente bajo soberanía rusa.

La reacción en Ucrania, como era esperable, ha sido de rechazo inmediato por parte de sectores políticos y de la sociedad civil en general. Una postura similar han tenido otros líderes de la Unión Europea, que dicho sea de paso han sido totalmente ninguneados por Trump, quien ni los ha mencionado en el proceso de negociaciones.

El elegido para llevar la voz cantante de la Casa Blanca a tierras del viejo continente ha sido el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth.

Hegseth fue muy claro sobre la postura de Trump, la cual se las transmitió en persona a sus socios de la OTAN en la sede de la alianza militar en Bruselas. «Tuve la oportunidad de informar a los aliados sobre la principal prioridad del presidente (estadounidense) Trump: un final diplomático y pacífico a esta guerra, lo más rápido posible, de una manera que cree una paz duradera y perdurable», sostuvo el jefe del Pentágono en una conferencia de prensa el jueves tras la reunión.

«Pero el simple hecho de señalar el realismo, como que las fronteras no volverán a ser como todos quisieran en 2014, no es una concesión a (el presidente ruso) Vladimir Putin. Es un reconocimiento de las duras realidades del poder sobre el terreno», indicó.

El acceso a los minerales estratégicos de Ucrania

¿Qué pide Estados Unidos para sí mismo? Trump ha mencionado que su país espera obtener acceso prioritario a los minerales estratégicos de Ucrania, como el uranio y el titanio, en compensación por la ayuda militar y financiera prestada durante la guerra. 

Zelenski se mostró abierto a esta posibilidad, argumentando que es preferible que estos recursos estén en manos de aliados occidentales en lugar de Rusia o sus socios estratégicos, como China o Irán.

Europa, ¿el gran perdedor del acuerdo?

La comunidad europea parece desorientada ante la disruptiva propuesta de Trump, la rápida aprobación de Putin y la inevitable resignación de Zelenski

La presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, le envió un guiño a la Casa Blanca al reconocer la necesidad de que los socios europeos aumenten el gasto en defensa y aceleren la adhesión de Ucrania a la Unión Europea. 

Sin embargo, también expresó preocupación por la posibilidad de que Europa asuma la mayor parte de los costos de reconstrucción de Ucrania -como ha sugerido Washington-, especialmente si las decisiones clave se toman sin una consulta adecuada a los socios europeos.

El ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Jean-Noel Barrot, subrayó que cualquier acuerdo de paz debe involucrar directamente a Ucrania y a los países europeos. "No habrá paz justa y duradera en Ucrania sin los europeos", afirmó Barrot durante una reunión en París el miércoles, previa la Conferencia de Seguridad de Múnich.

Sanciones y neutralidad: ¿Una salida viable?

Otro de los elementos clave es el estatus de Ucrania. La posición del Kremlin ha sido siempre la misma: Kiev no puede formar parte de la OTAN. Y esta es también la mirada de la Casa Blanca. De hecho Trump acaba de reiterar que “la guerra empezó porque [el expresidente demócrata, Joe] Biden dijo que Ucrania podría entrar en la OTAN”.

El líder del movimiento MAGA y el jefe de Rusia Unida habrían acordado que en el texto de paz quedará explícito que Ucrania no se unirá a la alianza militar transatlántica ni albergará bases militares occidentales. Hegseth respaldó esta idea ante los socios europeos al afirmar que la adhesión de Kiev a la OTAN "no es realista" en el contexto actual.

Además, Washington está pensando “en grande”, volviendo a llamar a Rusia para que se incline hacia Occidente. Es más, Trump ha dicho que le gustaría que Moscú se reincorpore al G7. En este sentido, la Casa Blanca podría aliviar progresivamente las sanciones a Rusia, comenzando de manera parcial este año y acabando con todas las restricciones en un plazo de tres años. ¿Y qué hará Europa al respecto? La respuesta parece que nadie la sabe aún.

En busca de la paz duradera

Por supuesto, todavía hay muchas preguntas más sin responder: 

  • ¿Está Ucrania siendo presionada para aceptar términos que podrían comprometer su integridad territorial? Es probable, ya que el presidente estadounidense ya ha dejado en claro que su administración liderará las negociaciones ya que es el país que más ha gastado en la guerra.
  • ¿Es justo que Europa asuma la mayor parte de los costos de reconstrucción cuando no ha sido consultada adecuadamente en el proceso de negociación? Depende, Bruselas ha sido uno de los grandes defensores del conflicto bélico, sin embargo -a diferencia de Washington- no ha apoyado de manera proporcional la posición ucraniana.
  • ¿Este acuerdo garantizará una paz duradera en la región? Es lo que todos esperan, dependerá -en buena parte- de las negociaciones entre la Casa Blanca y el Kremlin, mientras tanto, Bruselas y Kiev no tendrán más remedio que acoplarse a la nueva realidad.