A una semana del fraude: qué pasó con el régimen de Nicolás Maduro
Cientos de miles de venezolanos se manifiestan en distintas ciudades del país contra el régimen que manipuló los resultados electorales.
La crisis en Venezuela estalló en movilizaciones masivas luego de que el régimen de Nicolás Maduro ocultara los resultados de las elecciones y proclamara presidente nuevamente al exvicepresidente de Hugo Chávez. A partir de allí, el país pasó a estar en el ojo de una tormenta perfecta en la región, con un seguimiento exhaustivo de lo que allí ocurre, acusaciones cruzadas y rompimiento de relaciones diplomáticas.
Desde hace una semana, en la madrugada del lunes 29 de julio, Venezuela se encuentra sumergida en una crisis institucional que, junto con la humanitaria, generaron el cóctel perfecto para que Nicolás Maduro se vea desestabilizado. Aquel domingo 28 de julio, las distintas embajadas de Venezuela en todo el mundo se poblaron de exiliados que buscaban, por la democracia, terminar con el régimen chavista.
Horas más tarde, en la madrugada del lunes, el Consejo Nacional Electoral (CNE) dijo que Nicolás Maduro había ganado con el 51,2% de los votos, algo que resultaba poco creíble, ya que las proyecciones daban una diferencia de al menos 30 puntos para Edmundo González Urrutia. A partir de ese momento, la oposición denunció el fraude y la política internacional puso más atención sobre la situación en Venezuela.
A partir de ahí, solo fue una escalada de violencia y represión por parte del Gobierno mientras la gente salía a manifestarse para exigir una elección limpia. La comunidad internacional, mientras tanto, comenzó a alertar a Nicolás Maduro sobre la necesidad de formar gobierno a partir de la legitimidad y la legalidad, a lo que respondió con la expulsión de las delegaciones diplomáticas.
Mientras tanto, la oposición aseguró tener cerca del 80% de las actas electorales, con una amplísima victoria de González Urrutia, pero el Gobierno lo negó. Insistiendo con la postura de lo presentado por el CNE, el régimen se dispuso a instalar el terror y secuestrar referentes opositores, a los cuales mantiene detenidos ilegalmente en centros donde se aplican todo tipo de vejaciones.
A una semana de las fraudulentas elecciones, el Gobierno del régimen chavista insiste en que salieron victoriosos, y Nicolás Maduro mantiene delirios mesiánicos y pide a la oposición que "crea sin ver" las actas oficiales, aunque asegura que las tiene. Por el otro lado, la oposición sigue hacia adelante con el objetivo de que caiga el chavismo en Venezuela y mantiene su marcha permanente hasta poder ocupar el Palacio de Miraflores, basándose en los resultados electorales.