¿Se acerca el ocaso de Justin Trudeau en Canadá?

La dimisión de Chrystia Freeland, viceprimera ministra y ministra de Finanzas de Canadá, el lunes ha intensificado la crisis política que venía gestándose desde hace meses en el gobierno progresista de Justin Trudeau.
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Freeland, figura clave en el gabinete desde 2015, renunció expresando desacuerdos fundamentales con el líder del Partido Liberal sobre cómo enfrentar las amenazas de aranceles del 25% anunciadas por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. “Discrepamos sobre el mejor camino a seguir para Canadá”, indicó en su carta de renuncia.
¿Ha sido Trump el responsable de darle el golpe final al gobierno de Trudeau? ¿Se podrían convocar a elecciones anticipadas en las próximas semanas? ¿Qué ha pasado para que el mandatario estandarte del progresismo a nivel global cayera en una crisis que parece no tener retorno?
Creciente descontento
Esta nueva dimisión en el gobierno canadiense ocurre en un contexto de creciente descontento hacia el primer ministro, cuya popularidad ha caído al 28%, según una encuesta realizada este mes por Ipsos.
Este declive no es fortuito; la combinación de factores económicos, políticos y culturales ha minado su apoyo, generando un escenario donde incluso se especula sobre su salida anticipada del poder. De hecho, según informó CTV News, Trudeau estaría considerando presentar su renuncia debido al desgaste político que está sufriendo. Las razones incluyen una inflación récord, el aumento de la delincuencia y una crisis económica que ha golpeado fuertemente al país.
Parte del descontento también se centra en las políticas progresistas del primer ministro, que si bien en un comienzo despertaron simpatía en algunos sectores, con el paso del tiempo han generado divisiones internas. Su enfoque permanente en la cuestión LGBT y su obsesión con el cambio climático, incluyendo iniciativas como la reducción de emisiones de carbono y la implementación de un impuesto al carbono, son vistas por vastos segmentos poblacionales como excesivamente radicales y desconectadas de las preocupaciones inmediatas de los canadienses.
En este marco, a finales de octubre de este año, 24 diputados del Partido Liberal ya habían firmado una carta solicitando la dimisión de Trudeau como líder del partido, preocupados por el riesgo de una derrota electoral catastrófica en las elecciones federales programadas para 2025. Este gesto evidencia la fractura interna en el partido y la presión creciente sobre el primer ministro de 52 años para abandonar su cargo.
Ahora, tras la dimisión de Freeland, CBC reportó que el descontento dentro del Partido Liberal ha seguido creciendo, con informes que sugieren que un número significativo de diputados -se habla de alrededor de 60- estaría dispuesto a pedir públicamente la renuncia de Trudeau en un esfuerzo por estabilizar al partido antes de las próximas elecciones.
En otro golpe significativo en las últimas horas, el proliberal Toronto Star, el periódico de mayor circulación en Canadá, publicó un editorial el lunes sosteniendo que es hora de que Trudeau se vaya. Este cambio en el tono de uno de sus más fieles respaldos mediáticos refleja la creciente presión no solo dentro del partido, sino también en los medios que históricamente lo han apoyado.
Una economía debilitada y concesiones a Trump
La economía canadiense, lejos de ser un bastión de fortaleza, también ha contribuido al declive de Trudeau. El estancamiento económico, la alta inflación y la crisis de vivienda han golpeado con fuerza a los ciudadanos, alimentando el desencanto con el gobierno. Las medidas recientes, como la exención temporal del impuesto federal de ventas y los cheques de 250 dólares canadienses, han sido percibidas más como maniobras políticas que como soluciones sostenibles.
Cabe resaltar, además, la dependencia de Canadá respecto a Estados Unidos como principal socio comercial. Estados Unidos representa aproximadamente el 76,9% de las exportaciones totales de su vecino del norte, lo que equivale a más del 30% del PIB del país. Esta dependencia comercial hace que las amenazas arancelarias de Trump tengan un impacto significativo en la economía canadiense y aumenten la incertidumbre política.
En un intento por evitar los aranceles anunciados por el presidente electo estadounidense, el gobierno canadiense reveló recientemente un plan de seguridad fronteriza valorado en 1.300 millones de dólares canadienses (aproximadamente 1.000 millones de dólares estadounidenses). Este plan incluye la adquisición de drones, helicópteros, torres de vigilancia y el despliegue de cientos de nuevos agentes fronterizos, además de proponer una fuerza de ataque conjunta con Estados Unidos para combatir el crimen organizado transnacional. Aunque estas medidas buscan mitigar las tensiones con la administración entrante en Washington, también han generado críticas internas, ya que algunos consideran que Trudeau está cediendo demasiado a las demandas de Trump, lo que podría interpretarse como un signo de debilidad en su liderazgo.
Derrotas electorales: un panorama sombrío
Una serie de derrotas en elecciones recientes también refleja la erosión del apoyo al Partido Liberal. En junio de 2024, los liberales perdieron una elección parcial en Toronto frente al Partido Conservador. En septiembre, otro revés ocurrió en el distrito de LaSalle-Émard-Verdun en Montreal, donde el Bloque Quebequés se llevó la victoria. En octubre, las elecciones provinciales en Columbia Británica resultaron en un descenso del apoyo liberal, consolidando al Nuevo Partido Democrático (NDP) como el partido dominante en la región. Más recientemente, en noviembre, las elecciones en Nueva Escocia representaron una catástrofe para el Partido Liberal, con una contundente victoria del Partido Conservador Progresista que aseguró una supermayoría en la Asamblea Legislativa.
La tendencia continuó en la elección parcial del 16 de diciembre en Cloverdale–Langley City, Columbia Británica. El Partido Conservador obtuvo una victoria abrumadora con el 66.3% de los votos, mientras que los liberales quedaron en un distante segundo lugar con solo el 16%. Este resultado subraya una caída drástica en el apoyo al Partido Liberal, considerando que en las elecciones generales de 2021 habían ganado en este distrito con el 39.2% de los votos.
¿Qué sigue para Trudeau y el Partido Liberal?
El futuro inmediato de Trudeau podría incluir la convocatoria de elecciones anticipadas. De enfrentarse a una moción de censura en el Parlamento, se especula que estas elecciones podrían celebrarse hacia mediados de 2025, marcando un punto de inflexión para el liderazgo liberal y el panorama político canadiense.
Una encuesta de Abacus Data, publicada la semana pasada, muestra que los conservadores lideran la intención de voto con un 39%, mientras que los liberales caen al 26%. Esto sugiere un cambio significativo: ¿Tiene posibilidades Trudeau aún de recuperar la confianza de los votantes? ¿O estamos viendo el preludio de un cambio de época en Canadá?
Ciertamente, la amenaza de aranceles por parte de Trump ha sido el catalizador de esta crisis política. Este conflicto ha evidenciado la fragilidad del gobierno de Trudeau, que desde las elecciones de 2021 opera como una coalición en minoría, apoyándose en partidos como el NDP para sobrevivir. Aunque inicialmente se percibió como una alianza pragmática, esta dependencia ha limitado la capacidad del gobierno para actuar de manera decisiva en momentos críticos.
Con la reciente renuncia de Freeland, esta coalición también enfrenta el riesgo de desmoronarse. Las divisiones internas de los liberales más las crecientes demandas de los partidos aliados complican aún más la situación. ¿Es posible mantener unida esta frágil alianza en un contexto de crisis?
Más allá de los propios errores de Trudeau y el Partido Liberal en Canadá, hay que destacar que su debilitamiento forma parte de un fenómeno más amplio: la caída de gobiernos de corte globalista en diversas partes del mundo. En Europa, Emmanuel Macron (Francia) enfrenta una popularidad en descenso y un pedido creciente para que dimita, mientras que Olaf Scholz (Alemania) ya tiene los días contados para dejar el poder. Sin lugar a dudas, la victoria del antiglobalista y conservador Trump en noviembre ha catalizado estos cambios políticos que trascienden fronteras.
Justin Trudeau, quien alguna vez simbolizó la renovación progresista, ahora enfrenta su mayor reto. La pregunta ya no es si su gobierno está en crisis, sino si será capaz de sobrevivir a ella. Mientras tanto, Canadá se encuentra en una encrucijada histórica: ¿continuará con su legado progresista o dará paso a una nueva era de conservadurismo?