Milenario descubrimiento arqueológico en México surge de casualidad
Durante las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en la zona correspondiente al Tramo 7 del Tren Maya, un equipo de expertos hizo un descubrimiento significativo: una urna funeraria adornada con la imagen del dios Maya del maíz. Este descubrimiento fue presentado por Diego Prieto, director del INAH, en una conferencia matutina del presidente de México.
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Este artefacto data del período entre 680 y 770 d.C y fue desenterrado junto a una vasija, sugiriendo que ambos elementos eran parte de una ofrenda fundacional vinculada a una estructura prehispánica.
Dentro de la urna se encontraron restos humanos, mientras que en su exterior, la urna conserva aplicaciones en su cuerpo, las cuales aparentan representar el símbolo Maya ik, alusivo al viento y al aliento divino. En el anverso de la urna se aprecia una pequeña figura antropomorfa elaborada al pastillaje, que alude al dios del maíz en su representación como mazorca en etapa de crecimiento.
De acuerdo con los arqueólogos que han participado en la recuperación de este bien patrimonial, imágenes similares de dicha deidad Maya se tienen registradas por el INAH en otras zonas de México.
El diseño de la urna incluye también una tapa con la figura de un búho, un animal que, para los Mayas, presagiaba la guerra. Esta imagen se repite también en la otra vasija encontrada.
Desde el INAH explicaron que ambos objetos fueron creados en la región de Río Bec, en el mismo periodo temporal, entre 680 y 770 d.C.
El INAH explicó que la vasija está decorada con aplicaciones que imitan espinas de ceiba, un árbol venerado por los Mayas y los arqueólogos sugieren que estas vasijas eran parte de una ofrenda ceremonial relacionada con una antigua edificación.

