Masacre de Múnich

A 50 años del hecho que tiñó de sangre los Juegos Olímpicos

Se cumplen 50 años del ataque terrorista en el que perdieron la vida once atletas olímpicos israelíes.

MDZ Mundo
MDZ Mundo lunes, 5 de septiembre de 2022 · 21:46 hs
A 50 años del hecho que tiñó de sangre los Juegos Olímpicos
Foto: AP

El 5 de septiembre de 1972, durante los Juegos Olímpicos de Múnich, un comando del grupo terrorista palestino Septiembre Negro secuestró y asesinó a once miembros del equipo olímpico israelí y un policía alemán. Cincuenta años después, el gobierno alemán logró un acuerdo con las familias y pagará una millonaria indemnización.

Veintisiete años después del fin de la Segunda Guerra Mundial y con la intención de cambiar la imagen de los juegos nazis de 1936, Múnich fue la ciudad designada para albergar una nueva edición de los Juegos Olímpicos. Para diferenciarse de la edición de Berlín, las autoridades alemanas decidieron que la atmósfera de la Villa Olímpica fuese abierta y amistosa, la circulación fuera más libre y que hubiese menor presencia de armas.

Durante la madrugada del 5 de septiembre, en la segunda semana de los Juegos, ocho hombres del grupo Septiembre Negro, un brazo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), irrumpieron en el complejo y tomaron como rehenes a once atletas israelíes para exigir la liberación de 236 prisioneros: 234 en Israel y dos líderes del grupo terrorista Baader-Meinhof de Alemania Occidental.

Foto: AP/Kurt Strumpf

Tras conocerse el hecho, el complejo perdió el color que caracteriza a estos eventos mundiales. Miles de personas se acercaron al lugar para ver en primera persona lo que anunciaban los medios de todo el mundo. En principio, las actividades deportivas continuaron con normalidad, hasta que la presión del Comité Olímpico Internacional provocó que se suspendieran provisoriamente.

Luego de varias horas de fallidas negociaciones, los terroristas palestinos exigieron ser trasladados en avión hacia El Cairo, junto con los rehenes, para continuar desde allí. Las autoridades alemanas prepararon una emboscada en la base aérea de Fürstenfeldbruck, lugar donde esperaba un Boeing 727 para transportar a los secuestradores. Dos helicópteros trasladaron a los rehenes y los terroristas desde el complejo olímpico. Cuando arribaron a la base aérea, los secuestradores sospecharon de la maniobra y abrieron fuego, desatando la catástrofe.

En las primeras horas del día siguiente, la guerra parecía haber llegado a su fin, pero la comunicación de los hechos fue tan fallida como el operativo de rescate. En principio, los informes que expidieron desde el lugar anunciaban que el rescate había sido un éxito. No fue hasta la madrugada del 6 de septiembre que las autoridades confirmaron la fatídica noticia: Moshe Weiberg, Joseph Romano, David Berger, Ze’ev Friedman, Joseph Gutfreund, Eliezer Halfin, André Spitzer, Amitzur Shapira, Kehat Shorr, Mark Slavin y Yakov Springer (todos israelíes) habían sido asesinados.

Los Juegos estuvieron suspendidos durante un total de 34 horas, pero el presidente del Comité Olímpico Internacional, Avery Brundage, declaró que “los Juegos deben continuar” y, tras un homenaje a los mártires en el Estadio Olímpico, las actividades volvieron a la normalidad. Bajo las órdenes de la primera ministra Golda Meir, los miembros restantes del equipo israelí volaron rápidamente a casa.

Alemania indeminzará a familiares

Ciencuenta años después, ni Alemania ni Israel han olvidado el hecho conocido como la "Masacre de Múnich".

Foto: AP/Matthias Schrader

El miércoles pasado, después de décadas de negociaciones, el Gobierno alemán acordó con las familias de los fallecidos el pago de una indemnización de casi 28 millones de euros, lo que evitó un escándalo en la ceremonia de conmemoración, debido a que no estaba claro si las familias y el presidente israelí, Isaac Herzog, participarían en el acto.

El portavoz del gobierno alemán, Steffen Hebestreit, declaró que "el gobierno federal aplaude el acuerdo con las familias de las víctimas"; mientras que Herzog expresó su “gratitud” con el país teutón por las indemnizaciones.

Alemania también desclasificará documentos relacionados con la toma de rehenes para que historiadores de ambos países puedan trabajar sobre el tema.

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