Patriarcado

Latina fue violada en Catar y la condenan a 100 latigazos y 7 años de cárcel

La situación es insólita: mientras trabajaba en la organización del Mundial de Fútbol, una mexicana fue abusada. Denunció los hechos y no le creyeron, por el contrario, la condenaron en ausencia por tener relaciones extramatrimoniales y le pidieron que se case con su abusador.

MDZ Mundo
MDZ Mundo viernes, 18 de febrero de 2022 · 11:12 hs
Latina fue violada en Catar y la condenan a 100 latigazos y 7 años de cárcel
Paola Schietekat Sedas, víctima del patriarcado. Foto: VNews.

Paola Schietekat Sedas es una intelectual de México, que padeció un abuso sexual, trabajando en Catar, en el Comité Organizador del Mundial de Fútbol que se iniciará el 21 de noviembre. 

Sin embargo, este país, en lugar de castigar al agresor, decidió imponer a la víctima una condena de 100 latigazos y siete años de cárcel. Así, como se lee. 

La pena no ha podido realizarse gracias a que la economista, antropóloga y politóloga logró huir de Doha, no obstante, no puede volver a lo que califica como su "trabajo soñado". Y naturalmente lo considera una injusticia.

Según se releva, los hechos sucedieron el 6 de junio de 2021, pero fueron revelados por Schietekat Sedas en una publicación reciente en la que contó con detalles la violencia a la que fue sometida y en el que también recuerda un abuso anterior que padeció cuando era adolescente. 

"Tenía 16 años cuando mi primer novio me encerró en su departamento, me violó y amenazó con matarme después de darme una paliza que dejó marcas visibles por semanas, todo por un arranque de celos", confesó. 

Intento de femicidio 

Sigue la intelectual: "Recuerdo el camino de regreso a mi casa, pensando en qué iba a decirle a mis papás para justificar las horas en las que no les contesté el teléfono, en cómo iba a ocultar las marcas, porque claramente sentía que era mi culpa, y porque era una niña, sin la capacidad de racionalizar que lo que acababa de vivir era un intento de feminicidio, y porque era una víctima de violencia sexual, que interiorizó, como hacen muchas, la culpa y la vergüenza de lo sucedido".

Schietekat Sedas demoró diez años en revelar esa experiencia que le costó terapias, medicamentos y síntomas de estrés postraumático. 

Y continuó: "En esa década, mi agresor se casó y tuvo una hija. Me enfurecí conmigo misma por no haber denunciado, por no haberme querido y respetado lo suficiente como para denunciar a alguien que hizo semejante daño. No faltaron ocasiones en las que, personas en quienes confié mi testimonio, me preguntaron, extrañados, por qué no había denunciado. Eso solo añadía leña a un fuego que ni siquiera yo había iniciado, y que tampoco me correspondía apagar". 

Luego, la joven siguió con su vida. Estudió carreras como Relaciones Internacionales, Ciencias de la Conducta, Antropología y Políticas Públicas en México y en el extranjero, en universidades en Kuwait y en Oxford. Y logró ser contratada como economista conductual en el Comité Organizador del Mundial.

Sin embargo, todo cambió la noche del 6 de junio de 2021, cuando un conocido que consideraba su amigo y que pertenece a la comunidad latina en Doha, se metió a su departamento mientras dormía: "Después de un forcejeo breve, pues su fuerza sobrepasaba la mía, terminé en el piso. Horas después, me salieron moretones en todo el brazo izquierdo, el hombro y la espalda. Mantuve la cabeza fría: le avisé a mi mamá, a un colega del trabajo y documenté todo con fotos, para que mi memoria, en un intento de autoprotección, no minimizara los eventos o borrara por completo parte de ellos", detalló.

Además, denunció de inmediato para no repetir la historia de silencio e impunidad que había cubierto el abuso del que fue víctima siendo una adolescente. 

La declaran culpable 

Entonces, con el certificado médico que demostraba la agresión, "acudió a la policía junto con el cónsul de México en Catar, Luis Ancona. Más tarde, la convocaron de nuevo a la estación policial. La querían enfrentar con su agresor, quien aseguraba que eran novios y que ella había dado consentimiento para que él ingresara al departamento", aporta Rt.

La joven pasó así de acusadora a acusada. 

El tema es que en Catar las relaciones extramatrimoniales son un delito. Eso preocupaba a los policías que ya habían decidido descartar el abuso sexual

Ante este panorama, con ayuda de Human Rights Watch y el Comité Organizador del Mundial logró huir del país el 25 de junio y volver a México. Allí, "las autoridades no la ayudaron en ningún momento, a pesar de que también denunció la indiferencia e incapacidad con la que había actuado el cónsul", sigue la agencia. 

Y cierra: "La sentencia, que se dio a conocer en su ausencia, absolvió al agresor y a ella le impuso la pena de 100 latigazos y siete años de prisión. Era culpable por haber tenido una relación extramarital. Para evadir la condena, su abogada se atrevió a recomendarle que se casara con el abusador. Schietekat Sedas sigue sin poder creerlo". 

Julioastillero, Hrw, Rt, Twitter

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