El asesino serial de esposas al que los Redondos escribieron una canción
Aunque se desconoce cuál es la inspiración de la leyenda, ha sido reproducida en cine, ópera y música. Aquí algunas teorías sobre el cuento
Barba Azul es uno de los personajes más malévolo entre los cuentos de hadas. Si bien la narración de Charles Perrault sobre el hombre que asesinaba a sus esposas es, en teoría, ficticio, existen indicios de que podría estar inspirado en sucesos reales. Más allá de ello, también es una historia más en que la mujer es condenada por su curiosidad, como Eva, Pandora, o la esposa de Lot, pero que por medio de su inteligencia logra escapar un destino siniestro. Fue representando en varias películas y hasta en la ópera. Para muchos su nombre es conocido por la canción de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota: “Barbazul versus el amor letal”. Por eso hoy hay que CruzArte una Historia y descubrir el hombre detrás de Barba Azul.
El cuento
Un hombre muy adinerado era conocido como Barba Azul por tener una tupida barba. Buscaba una esposa pero las mujeres lo evitaban. Finalmente pide a una mujer su de sus hijas en matrimonio y la menor acepta, tentada por el lujo.
Barba Azul viaja por negocios no sin antes entregar las llaves de la casa a su nueva esposa, con la condición de que no entre a una habitación en particular. Sin embargo, la curiosidad fue demasiado grande y la joven ingresa en el cuarto prohibido.

La estancia estaba bañada de sangre coagulada y contenía los cuerpos de las siete esposas previas, por lo que la mujer se asustó y dejó caer la llave, que se manchó. Como era mágica, no pudo borrar la marca. Cuando Barba Azul regresó, descubrió la desobediencia y la condenó a muerte. Como los hermanos de la joven iban a visitarla ese día, ella consiguió, con la escusa de rezar para preparar su alma, aplazar un rato la sentencia para poder ganar tiempo.
Finalmente llegó el momento de cumplir la condena, pero justo en ese momento llegaron los hermanos de la mujer y degollaron a Barba Azul. La esposa heredó toda la fortuna, se casó con otro y compró puestos y cargos militares para sus hermanos.
Tal vez era un conde bretón
La realidad es que no hay seguridad acerca de si el cuento está inspirado en un personaje real o no. Hay un par de teorías al respecto pero nada comprobado. La primera está relacionada con el Conde Conomor.
El gobernante de Bretaña aparece en algunos registros antiguos y al parece fue uno de los tantos que intentó la reunificación del territorio en el 500 D.C. Sin embargo, los registros históricos no son exactos y su nombre está más relacionado con los mitos de santos bretones.

Según las leyendas, Conomor mató a sus tres primeras esposas y obliga a la cuarta, Tréphine, a casarse con él a cambio de no invadir las tierras de su padre. Ella encontró en el palacio una habitación con los restos de las primeras consortes cuyos fantasmas se le aparecieron y le dijeron que si queda embarazada su marido la matará porque una profecía asegura que él será asesinado por su hijo.
Pero resulta que Tréphine estaba encinta, por lo que huyó al bosque donde tuvo a su hijo, Trémeur, al que escondió antes de ser asesinada por Conomor. Sin embargo, pasó por el lugar San Gildas, el sabio, quien la revivió y le permitió educar a su criatura. Finalmente el conde descubrió la situación. llegó demasiado tarde para poder volver a matar su esposa, que murió por la edad, pero liquidó a su hijo, por lo que tanto Trémeur como Tréphine fueron canonizados como santos.
El asesino serial de niños
La segunda teoría toma como protagonista a Gilles de Raid. Héroe de la Guerra de los Cien Años, amasó una buena fortuna gracias a esa contienda. Sin embargo, su renombre cayó en desgracia cuando se descubrió las atrocidades que había cometido contra niños y niñas.
Nacido en uno de los principales linajes franceses, siempre hizo lo que quiso. Como era huérfano fue criado por sus abuelos que le permitieron cualquier exceso.
En 1420 secuestró a su prima, Catherine de Thouars, y se casó con ella a la fuerza. Como tenía buena relación con el delfín Carlos VII de Francia, heredero a la corona, fue protegido en varias oportunidades. Participó del sitio de Orleans con Juana de Arco por lo que su renombre creció. Dice el mito que intentó rescatar a su compañera de armas antes de que le realizaran el juicio por el cual fue condenada a la hoguera, pero no pudo hacerlo.
Luego de un par de derrotas militares, dejó las armas y se dedicó a manejar sus propiedades. Para recuperar su prestigio, gastaba su fortuna en banquetes y hospitalidad, así como promovió obras de arte de todo tipo. Todo eso lo llevó a la ruina.
Con las arcas vacías y ya sin nadie que le preste dinero, recurrió al esoterismo y la magia negra. Dicen que hizo un pacto con el demonio y se unió a un grupo satánico. Luego de varios intentos, le explicaron que para poder conseguir lo que buscaba, debería entregar un niño en sacrificio, previa violación del menor para satisfacer el deseo sexual demoníaco. Muchos consideran que Gilles no era demasiado brillante y fue rápidamente engatusado, otros que en realidad era un psicópata que escuchó algo que le servía para complacer sus perversiones.
Sin entrar en detalles, durante ocho años llevó adelante las fechorías. Sin embargo, las desapariciones dejaron de pasar desapercibidas y un obispo comenzó a investigar. En septiembre de 1440 lo detuvieron y comenzó el juicio. En este se relataron todo tipo de atrocidades. Se declaró culpable. Toda Francia se convulsionó: no podía ser que un héroe fuera así de siniestro. Finalmente, rechazó el perdón real y fue ahorcado, junto a algunos de sus cómplices.
Críticas al cuento
Como en otras historias, la mujer, con su curiosidad, termina siendo la condenada. Ya le pasó a Eva o a Pandora. Algunos eruditos consideran que la historia es un elogio para las mujeres que hacen caso a sus maridos. Otros comparan el engaño de la esposa con la infidelidad sexual. Pero al mismo tiempo, otros analizan el cuento como el enfrentamiento al dominio patriarcal y a combatirlo con inteligencia.
Lo cierto es que se desconoce con certeza cuál de esos personajes históricos inspiró Barba Azul. Puede que hayan sido ambos. Lo que si es cierto es que Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota utilizaron su imagen como una metáfora de la lucha de lo femenino nuevo, contra los límites impuestos y como eso femenino puede convertirse, eventualmente, en lo viejo.
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