Pandemia

Perú: silencio de la Embajada y viajeros cada vez más desesperados

La sede diplomática anunció esta semana vuelos de repatrio, pero después retiró la información debido a que el Gobierno argentino ha decidido priorizar a los varados en Ecuador. El retorno de unas 1000 personas podría demorarse hasta fin de mes.

Juan Carlos Albornoz
Juan Carlos Albornoz jueves, 9 de abril de 2020 · 14:03 hs
Perú: silencio de la Embajada y viajeros cada vez más desesperados

Para los argentinos varados en el interior de Perú, la Embajada argentina existe solamente en la red social Facebook. Los posteos que realiza la sede diplomática reflejan una presencia que no se manifiesta de otra forma, ya que no hay subsedes consulares fuera de Lima. Por eso, todo el mundo (cerca de 400 personas que permanecen fuera de la capital del país) está siempre atento a las comunicaciones que allí aparecen.

El lunes de este semana, un par de mensajes encendieron la esperanza en el norte de Perú. La Embajada anunció que había concluido un censo de la población argentina en esta zona, que está a 1.100 kilómetros de Lima.

Colgó una lista de 207 personas y dijo las palabras mágicas: expresó que estaba organizando vuelos de repatriación para los ciudadanos varados en Piura, Tumbes y Chiclayo.

La Embajada ya ha producido cuatro vuelos de este tipo en medio de la cuarentena del coronavirus. Tres han estado destinados a los turistas varados en Cusco y uno a los de Lima.

En esos casos, a los pocos días de la publicación de la lista de presuntos viajeros en Facebook, los vuelos a través de aerolíneas contratadas o los famosos aviones Hércules de la Fuerza Aérea se hacen realidad.

Fueron horas de alegría y alivio en el norte cuando salieron las listas y el anuncio en Facebook. Aquí quedaron inmovilizados muchos turistas que viajaron de ida por Latam el mes pasado y a quienes la compañía aérea fulminó con un comunicado hace más de 15 días: no volará más en Perú hasta los primeros días de mayo.

La decisión de Latam de colgar a sus pasajeros a través de la suspensión de muchas rutas aéreas anticipó cualquier tipo de medida oficial, ya fuera de Perú como de Argentina, respecto de la extensión de las cuarentenas y cierres de aeropuertos.



Ante esta agria novedad, los varados han quedado a expensas de los repatrios a cuenta gotas que realizan la Embajada y Cancillería. El lunes, las autoridades argentinas parecían haberse enfocado en las personas varadas en el norte peruano. Pero al día siguiente, todo se volvió decepción.

El posteo que anunciaba vuelos para esta zona sencillamente desapareció de Facebook. Lo retiraron. No hubo explicaciones oficiales y hasta alguna autoridad diplomática sugirió que se había producido una "confusión" respecto de los viajes.

Esa confusión, a juicio de la Embajada, se había originado en el llamado que el sábado pasado hizo el propio presidente Alberto Fernández a una de las turistas que esperan el repatrio en el norte de Perú.

Fernández en persona pidió datos de la población de argentinos aquí y afirmó que se iba a ocupar de ellos. El gobierno argentino emitió hace semanas un decreto que ordena asistir a los argentinos varados en el exterior por el cierre de aeropuertos, pero la política en Perú, antes y después del llamado de Fernández, ha sido atender solamente casos de fuerza mayor.

Yo no creo que hayan existido confusiones. Lo que pasa es que el limitadísimo "plan" de repatrio de argentinos se traza día a día y bajo la estricta mirada del Ministerio de Salud.

Entre lunes y martes de esta semana, el orden de prioridades cambió. En Buenos Aires se tomó la decisión de mandar los aviones Hércules de la Fuerza Aérea a Ecuador, no al norte peruano, que limita precisamente con Ecuador.

El coronavirus, ciertamente, se abate trágicamente en ese país, donde hay cientos de argentinos esperando ayuda.  Pero el frágil límite norte de Perú no ofrece muchas seguridades para los que están de este lado tampoco, detenidos en pueblos costeros que tienen escasa infraestructura sanitaria.

Hay dos vuelos de Hércules planeados para Ecuador en estás semanas. El repatrio por otras vías, para la gente varada en ese país, implica pagar un boleto de 500 dólares por persona para ocupar un vuelo especial de Aerolíneas Argentinas.

Mientras tanto, el silencio de días en Facebook de la Embajada argentina es mala señal para los argentinos en Perú. Los que quedaron en Cusco y en Lima presionan a la par de los del norte, para convertirse en prioridades de la Argentina cuando se desocupen los Hércules. Pero podría no haber novedades para nadie hasta fines de este mes.

Las autoridades diplomáticas operan por estas horas en forma discreta para propiciar algo de ayuda. Rescataron y llevaron a Lima a un grupo de argentinos que trabajaba en una película en la Amazonia peruana. También se han ocupado de algunas personas que requerían tratamiento oncológico urgente.

Algún medicamento consiguieron, pero la destinataria (la chica que habló con el Presidente) lo tuvo que pagar de su bolsillo.

Mientras tanto, la gran mayoría ha quedado a su suerte. En el norte, por ejemplo, hay muchos mochileros que ya se quedaron sin dinero y tienen complicaciones alimentarse. No pueden trabajar en nada porque impera la cuarentena y la Policía y la milicia peruanas los acosa para que permanezcan aislados.

La Embajada no está en condiciones de asistirlos por la lejanía y su escasa estructura. En la Embajada nacional de Lima hay apenas ocho funcionarios. Es un equipo muy pequeño para atender las inquietudes de unos 1.000 argentinos varados en total.

Mónica García, la encargada de negocios de la Embajada, es la máxima autoridad operativa de la Embajada en este momento de crisis.

Es una diplomática de carrera que ha trabajado en otros países. Pero el hombre designado para ser embajador de Perú todavía no está en funciones en Lima.

Se trata del ex vicepresidente de la Nación, Carlos Chacho Alvarez. Su decreto de designación todavía no ha sido emitido porque Álvarez (71 años) no puede venir a Perú debido a sus problemas de salud.

"No voy a Perú porque tengo todos los boletos del coronavirus", suele decir Álvarez.

Activo y empático, Alvarez se comunica personalmente con los turistas por Whatsapp para dar información. Pero lo hace desde Buenos Aires. Las distancias se multiplican cada vez más y en estas conversaciones no asoma todavía alguna solución concreta para el grueso de los argentinos que siguen varados en el país incaico.

Juan Carlos Albornoz, desde Perú

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