Comenzó con una huelga de hambre

¿Cómo sigue el conflicto entre el grupo de artistas y el Gobierno cubano?

El movimiento San Isidro es un grupo de artistas que comenzó una lucha sin antecedentes contra el Gobierno cubano. Entre huelgas de hambre, manifestaciones y concentraciones, este movimiento abre una posibilidad de diálogo más allá del conflicto.

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MDZ Mundo sábado, 12 de diciembre de 2020 · 06:55 hs
¿Cómo sigue el conflicto entre el grupo de artistas y el Gobierno cubano?

Luego de la huelga que artistas realizaron y que tuvo como principal protagonista de la medida al rapero Denis Solís, miembro del Movimiento San Isidro que fue encarcelado luego de que él le negara el ingreso a su domicilio a la Policía cubana para que realizaran un allanamiento. Según el gobierno de Cuba, Solís tendría vínculos con el gobierno estadounidense y en base a esa relación un objetivo de desestabilizar al gobierno.

Una vez apresado, más de 200 artistas, intelectuales y activistas se reunieron el viernes 27 de noviembre a modo de protesta frente al Ministerio de Cultura de Cuba. Esto fue un día después de que la policía desalojara por la fuerza a un grupo de jóvenes que había iniciado una huelga de hambre en La Habana.

Según el reportero para el New York Times Carlos Manuel Álvarez, los manifestantes, que ya se habían expresado a través de las redes sociales en solidaridad con los miembros del MSI por haber sido expulsados de su sede y apresados temporalmente, actualmente son "un pequeño paso hacia una conversación nacional".

El escritor y periodista cuenta que "la protesta (del MSI) había derivado (...) en una huelga de hambre y sed de algunos de sus integrantes, que tenía en vilo a la opinión pública y preocupado al poder político". Según informa al NYT, él había asistido a La Habana Vieja para cubrir las protestas que venía realizando el Movimiento y fue, en base a los argumentos de seguridad sanitaria, que la policía los detuvo para luego liberarlos a los pocos días. Sin embargo, denuncia que "todavía tenemos patrullas estacionadas frente a nuestras casas para restringir nuestra movilidad".

Por otra parte, y como para ir más allá, detalla que una vez que fue apresado y liberado, después monitoreado y difamado por distintos canales de televisión cubana, se atreve a asegurar que "lo que ocurrió en la emisión del noticiero que nos dedicaron al Movimiento San Isidro y a mí no fue más que un trámite".

Pero además, sostiene que el fenómeno de persecución y escrache ya sea "por una razón u otra, no es algo personal. Todo el mundo en este país vive con una piedra metida en el zapato o como si llevara unos lentes sucios, mal graduados".

Pese a estos problemas, Manuel Álvarez ha sido testigo "de que se efectuó la reunión con los funcionarios. Treinta artistas elegidos de manera democrática presentaron las demandas de la comunidad allí reunida (artistas e intelectuales y el MSI". Pero asevera también que luego de esa reunión "lo que ha acontecido luego era previsible: el incumplimiento por parte del poder político de los puntos principales de un acuerdo meramente verbal; pero que, sin embargo, "el acoso, el descrédito en la prensa y el lenguaje beligerante de los máximos representantes régimen" han cesado o, por lo menos, menguado.

Por eso, "hay señales valiosas que no se deben ignorar: el hecho de que muchos jóvenes habaneros se hayan convertido en ciudadanos por unas horas y que un ministerio recibiera a artistas que durante años se ha encargado de desprestigiar" significa por lo menos un paso hacia un diálogo nacional que "Cuba se debe".

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