Prohíben los plásticos de un solo uso en los países del Caribe
La prohibición entró en vigencia ayer en algunos de los principales países de la región como Jamaica, Belice, Trinidad y Tobago o Bahamas, que en los últimos días hicieron los ajustes finales para unirse a los estados más avanzados del mundo en la defensa del medio ambiente.
Cerca de una decena de países del Caribe, en coincidencia con la llegada del 2020, comenzaron a prohibir los plásticos de un solo uso y los productos de espuma de poliestireno como medida para evitar la degradación de su medio ambiente.
La prohibición entró en vigencia este 1º de enero en algunos de los principales países de la región como Jamaica, Belice, Trinidad y Tobago o Bahamas, que en los últimos días hicieron los ajustes finales para unirse a los estados más avanzados del mundo en la defensa del medio ambiente.
La lista de los países que hoy se suman a la iniciativa incluye también a Barbados, Dominica y Granada, todos interesados en detener la degradación de sus territorios y costas, fundamentales para el desarrollo turístico, su principal fuente de divisas, puntualizó la agencia EFE.
El ministro de Medio Ambiente de Bahamas, Romauld Ferreira, promovió durante 2019 la normativa que supone la prohibición, que pone fin a partir de ayer en el archipiélago atlántico al uso de recipientes de alimentos de espuma de poliestireno, utensilios y bolsas de plástico de un solo uso.
El mundo consume 5 billones de bolsas de plástico al año hechas con derivados del petróleo que pueden tardar hasta cientos de años en degradarse, y los países del Caribe son los que más uso hacen de estos materiales per cápita. De los treinta principales contaminadores mundiales per cápita de este tipo de plásticos, diez son de la región del Caribe.
Más de 300.000 toneladas de residuos de plástico en el Caribe no son recogidos al año porque buena parte de los hogares arrojan desechos a vías fluviales o terrestres, consignó el Banco Mundial en un informe.
La creciente acumulación de residuos de plástico provoca riesgo de perder unos 200.000 empleos directos que dependen de labores ligadas al turismo.