Mario Pergolini y un decepcionante regreso a la televisión: de la provocación al embutido envasado al vacío
El icónico conductor volvió a la pantalla chica tras quince años de ausencia con un nuevo programa llamado Otro día perdido. Lejos de su habitual impronta mordaz, el ex CQC hoy pareciera estar más atento al teleprónter que a ser fiel a sí mismo.

Mario Pergolini y un poco convincente retorno a la pantalla chica. Foto: Captura de video El Trece.
Captura de pantalla Youtube Eltrece.Tras una larga espera, Mario Pergolini quebró un paréntesis de quince años de ausencia en la televisión y debutó el lunes en El Trece con un nuevo programa llamado Otro día perdido. Las repercusiones en las redes sociales y los medios no tardaron en llegar, y si bien el ciclo cuenta hasta el momento con apenas un par de emisiones, el otrora gurú de la provocación hoy da señales de languidecer bajo la pálida sombra de su propia inteligencia artificial.
Con un menú configurado por los habituales condimentos del late night show, queda en claro que no hay nada disruptivo en el formato de la propuesta con la que Pergolini decidió volver a la televisión tras haber despotricado tanto contra ella. Y si bien a esta altura no es imprescindible descubrir la pólvora en la pantalla chica, al menos es clave darle al público aquello que va a buscar de una figura tan icónica como el astro de CQC.
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En contrapartida, Otro día perdido despacha un contenido tan extremadamente guionado, que la impronta del anfitrión queda sofocada bajo la sucesión de un manojo de textos insulsos que pretenden pasar por filosos. En este sentido, es a todas luces insólito que hoy Mario Pergolini resulte más auténtico y picante en un móvil para un programa de la tarde, que en el espacio que tan meticulosamente diseñaron para su lucimiento.
Nada respira en esta nueva apuesta que lanzó con bombos y platillos El Trece, y es tal vez en la carrera por no perder una pizca de timing, que la producción optó erróneamente por abandonar toda chance de soltura, dando como resultado un producto inorgánico en el que sólo lucen genuinos los aportes de la poderosa Laila Roth.
Mario Pergolini y una insulsa vuelta a la televisión
Con una puesta en la que curiosamente los tres integrantes del ciclo están ubicados a manera de islas dispersas, Agustín "Rada" Aristarán oficia como una suerte de maestro de ceremonias que va ordenando los contenidos, mientras Mario Pergolini pareciera estar más atento al teleprónter que a ser fiel a sí mismo. En contrapunto, la mencionada estrella del stand up es la única que desde su escritorio juega sus ganchos de humor con frescura, casi como si fuera ajena al embutido envasado al vacío en el que quedaron atrapados sus compañeros.
Este Pergolini pasteurizado, más dedicado a no incurrir en un exabrupto que a honrar su ADN provocador, es una réplica de lo que ya sucedió en estos años con otro ex CQC como Andy Kusnetzoff y su lacrimógeno PH, Podemos Hablar. Por supuesto, Mario todavía está a tiempo de darle un volantazo de éxito a Otro día perdido. Sólo es cuestión de confiar en su propia esencia para recuperar ese brillo que tanto le hace falta a la televisión.