Julieta Ortega: "No sé si tengo paciencia para dedicar mi vida a la política"
Con dirección de Corina Fiorillo, la popular actriz estrena “La fuerza del cariño” junto a Soledad Silveyra, Osvaldo Laport, Dolores Ocampo y Damián Iglesias. Antes, habló con MDZ.
Julieta Ortega siempre pensó que La fuerza del cariño era una película extraordinaria. La vio en su preadolescencia y, al igual que otras cintas que disfrutó en los ‘80, la marcó muchísimo. Es por eso que cuando le ofrecieron interpretar a Emma en la versión teatral, dirigida por Corina Fiorillo, no dudó ni un segundo. “La obra tiene la misma belleza de la película que ví varias veces cuando era chica”, asegura en diálogo con MDZ.
Y cuenta: “La historia central es la relación entre una madre y una hija. Muy disfuncional, por cierto. Trata sobre vínculos y no necesariamente sobre el vínculo de la pareja que es algo que se ve mucho en teatro. En ese sentido, sale de lo que uno ve habitualmente y se mete en una zona en la que a mí siempre me gusta indagar”.
En la ficción, Ortega le da vida a una joven rebelde que desea salir de su casa e independizarse. Para lograrlo, elige un camino convencional: casarse. Si bien está muy unida a su madre (Soledad Silveyra), tienen puntos de vista muy distintos sobre la vida y ambas buscan la forma de soportarse y de encontrar la felicidad. “Mi personaje es alegre y, también, bastante animal en su manera de vincularse. Tiene algo como muy primitivo y muy hermoso, muy amoroso, muy liviano”, detalla.
- Y en tu caso personal, ¿en qué encontrás la felicidad?
- Busco la alegría más que la felicidad, que es una palabra más difícil. La encuentro en los vínculos, en mi familia de origen, en mi hijo, mis amigas, en el tiempo libre, en los viajes, en el estar atenta todo el tiempo, en el seguir conservando la curiosidad por las cosas nuevas, por la música, por las obras de teatro, por cualquier manifestación artística que me conmueva… ahí sigo encontrando alegría.
- Hablando de manifestaciones artísticas… además de actuar, vos también escribís. ¿Cómo te ves escribiendo teatro?
- Nunca lo pensé. Si me veo escribiendo cuentos cortos, no ficción. De hecho, tengo con mis amigas un podcast, de seis episodios, que sale por el canal de YouTube de Blender que se llama Las cosas que no salieron como querías. Se abordaron temas como la depresión, el sexo, los celos, ser o no ser madre, la infidelidad, la soltería… y esos episodios, que duran aproximadamente 30 y pico de minutos, empiezan todos con un monólogo de cada una. Hay un tema elegido por cada una y cada una escribió un texto sobre cómo se siente atravesada por ese tema del día. Ahí, por ejemplo, escribo. Es una cosa que propuse en su momento porque me gusta escribir, porque soy muy lectora y cuando uno empieza a leer mucho también, paralelamente, de alguna manera empieza a escribir, publique o no publique. Te mejora muchísimo vocabulario y la facilidad para encontrar las palabras para expresar lo que estés sintiendo. Así que de alguna manera escribo. Nunca pensé en escribir teatro, pero escribo.
- ¿Cuándo surgió tu pasión por la lectura?
- Toda la vida fui muy mala para las matemáticas, para la ciencia y siempre muy buena en lengua, literatura, en talleres de teatro y de escritura. Leí toda la vida. Leo desde que soy chica y después lo desarrollé muy intensamente durante mis 20 años, que fui a estudiar teatro a Los Ángeles. Era a principios de los '90, no había Internet, entonces fue un período donde tenía mucho tiempo para leer.
- Ahora con las pantallas se complica más.
- Los teléfonos nos sacaron mucho tiempo. Uno se pasa la mayor parte del tiempo con un teléfono en la mano. Entonces cuesta mucho leer y lo que uno lee lo hace a través del teléfono. Muchas veces, las redes sociales te llevan a leer noticias más o menos relevantes, pero perdés mucho tiempo ahí. Cuesta más hacerse el tiempo para sentarse con un libro. Pero yo vengo de una generación que lo sigue haciendo. Me gusta el libro físico. Me cuesta leer por internet. De hecho, cuando me mandan obras por mail, siempre digo “por favor, mandámela que necesito tenerla en la mano”. La veo de otra manera. A mí me sigue gustando el papel.
- ¿Te gusta marcar los libros?
- Si, mis libros favoritos están todos marcados. De hecho los tengo separados. Los saqué de la biblioteca grande y los puse en una biblioteca aparte. Después hay otros libros que leí, que conozco, que me gustaron en su momento, pero que no han marcado mi vida. Los que marcaron mi vida están marcados. Están llenos de anotaciones y de subrayados.
- Hablaste de Los Ángeles, ¿qué es esa ciudad para vos?
- Una época muy fértil, fue donde me convertí en mujer. Donde empecé a conocerme mucho, a conocerme como mujer, como actriz. Es donde empecé a desarrollar los gustos por la lectura, donde aprendí a estar sola y estar bien, a construirme mi propio universo de cosas que me ponían contenta y me pude conocer. Ese tipo de viajes son, sobre todo, de los que uno termina volviendo no siendo la misma. Más allá de que, en mi caso, venía de vivir afuera. No pasé de Buenos Aires a Los Ángeles. Me fui a los 13 años con mi familia a vivir a Estados Unidos, viví en Miami hasta los 18 y después de una breve estadía en Buenos Aires, en donde hice mi primer trabajo como actriz, me fui. Tenía 20 años y me quedé hasta los 23. Fue una etapa muy fundamental en mi vida.
- ¿En qué momento recordás que quisiste firmemente ser actriz?
- Ana Maria Picchio tuvo mucho que ver, es mi madrina y quien me llevó de chica al teatro. Tal vez, viéndola trabajar a ella en las novelas con Andrea del Boca o en las idas al teatro o presenciando ensayos de programas como “Compromiso” o “Nosotros y los miedos”, que eran muy importantes de la época que ella hacía junto a un grupo muy importante de actores. Fueron como los primeros recuerdos que tengo de saber con total convicción de que eso era lo que yo iba a terminar haciendo.
- Sos muy activa en la lucha feminista. ¿En algún momento pensaste incursionar en la política? ¿En cuál?
- Si, pero solo en un momento que estaba pasando algo que me convocaba, que era la lucha por el aborto legal. Después, entiendo que dedicarse a la política es un montón de otras luchas y no creo que tenga paciencia para eso. También creo que todo es política y que uno como actriz también puede hacer política de alguna manera. No sé si necesariamente política partidaria, pero digamos que todo es política. El cine es político, el teatro es político y nosotros somos personas que por acción u omisión estamos todo el tiempo también atravesados por la política en todos nuestros actos. Así que creo que de alguna manera también puedo hacer política desde mi lugar, no sé si tengo la paciencia ni la convicción como para dedicar mi vida a eso.
- ¿Por qué hablás de la paciencia? ¿Sos muy impaciente?
- No, porque me interesan otras cosas. Si vos sos, no sé, diputada, más allá de un par de leyes que personalmente te importan, después hay un montón de otras leyes que son para debatir. Tenés que ser un animal político para dedicarle tu vida a eso. Soy muy paciente para lo que me interesa y me convoca, y menos paciente para lo que me queda más lejos.
Para agendar
La fuerza del cariño
Estreno. Miércoles 10 de enero, en el Multiteatro Comafi (Avenida Corrientes 1283, Buenos Aires). Funciones de miércoles a domingo. Entradas en Plateanet.