Por segunda vez en un día, a Nacho Castañares le tocó vivir un momento movilizante en la casa de Gran Hermano. Porque luego de despedirse de su papá, Rodo, el participante tuvo que atravesar lo más difícil: decirle adiós a la Tora, la última eliminada del reality de Telefe.

Lucila Villar perdió el mano a mano con Camila y por decisión del supremo dejó la casa con el 56,96 por ciento de los votos. Sorprendida ante el anuncio de Santiago del Moro, ya que no se lo esperaba, la rubia de Berazategui aplaudió con una sonrisa helada, besó a Nacho y se apuró en ir a buscar sus cosas. 

Pero antes de partir, la Tora se fundió en un abrazo con Nacho, le aseguró que iba a hacer campaña desde afuera para verlo ganador porque creía que él tenía todo para ser el último en abandonar la casa de GH. Y en cuanto la joven cruzó la puerta, Ignacio Castañares quebró en llanto.

Al verlo tan triste por la despedida de su “compañera de vida” dentro de la casa (tal fue la definición que ella dio cuando Santi les preguntó si su relación tenía alguna etiqueta), Marcos fue el primero en contener al jugador con un abrazo al que se sumaron Julieta, Romina y Camila.

Y la escena siguó minutos después del adiós. Mientras la Tora llegaba al estudio de Gran Hermano, a Nacho se lo vio muy compungido en la habitación. “Nachito, tranqui. Falta muy poco para que la puedas volver a ver”, fue lo que le dijo Marcos al entrar y verlo desolado, llorando sobre la cama. 

Una salida anunciada

Antes de convertirse en la nueva eliminada del juego, Lucila se desarmó en la cena de nominadas con Julieta y Camila. Por un momento, la rubia perdió su compostura y se largó a llorar ante la posibilidad de abandonar el reality a tan poco tiempo de la fina. “Ay, es re triste”, dijo la Tora, cuando Juli planteó que no se quería ir. 

Sin embargo, las encuestas anunciaban que Villar sería la próxima en irse. Más que nada, tras las situaciones que se vieron con su mamá, Gladys y que muchos, tanto fuera como dentro de la casa, interpretaron como maltrato hacia la mujer que entró junto al resto de los familiares para jugar. 

A pesar de que Gladys luego dijo en el Debate que con su hija tiene una hermosa relación y que se llevan bárbaro, la gente no opinó lo mismo al ver ciertas respuestas y desplantes de la Tora hacia su mamá, que en un momento incluso rompió en llanto ante las cámaras. 

Esas actitudes le jugaron en contra y sin duda sumaron para que el “supremo” decidiera sacarla de la competencia y dejar a Nacho, además, jugando solo de ahora en adelante, de frente al último tramo de Gran Hermano.