Análisis

Eurovisión, la historia de Fire Saga: Will Ferrell vuelve Netflix a lo que hace mejor

La nueva película del genio de la comedia se ubica entre la sátira y el homenaje sentido. Una alternativa divertida luego de varios proyectos que dejaron mucho que desear.

Francisco Pérez Osán
Francisco Pérez Osán miércoles, 1 de julio de 2020 · 06:47 hs
Eurovisión, la historia de Fire Saga: Will Ferrell vuelve Netflix a lo que hace mejor

El actor cómico Will Ferrell no le escapa a las películas de calidad dudosa. De hecho, buena parte de su filmografía cae en la categoría "película para pasar el tiempo" o "película que ni sirve para pasar el tiempo". Guerra de Papás, Holmes y Watson e incluso alguno de sus proyectos serios como Downhill fueron resonantes fracasos con la crítica, y tampoco terminaron como favoritos del público.

Es por eso que Festival de la Canción Eurovisión: la Historia de Fire Saga es un poco más aceptable. El actor vuelve finalmente a un papel que recuerda a sus grandes comedias, que si bien tampoco son las mejores películas de la historia, son realmente divertidas, y consiguen hacer reír con guiones bien armados y personajes insólitos y entrañables. Algunas son Talladega Nights, Anchorman o Semi Pro, todas de hace más de una década atrás.

Eurovisión tiene mezclas de sátira con homenaje verdadero al concurso de canto que paraliza a Europa una vez al año. Lars Erickssong (Ferrel) y Sigrit Ericksdóttir (Rachel McAdams) son dos islandeses -probablemente no hermanos- que soñaron toda su vida con participar del concurso, y a pesar de sus esfuerzos, nunca pudieron hacerlo. Un accidente les permite finalmente ingresar a la competición, pero esto pondrá en juego su amistad.

Son dos horas de idas y vueltas en las que se muestra de verdad la pasión que despierta Eurovisión en los europeos, y también los particulares cantantes que participan. Lars es uno de los típicos personajes de Ferrell: algo tonto, monotemático y extremadamente ingenuo, pero también apasionado y simpático. Sigrit, en tanto, muestra a una McAdams atípica, pero no en el mal sentido. Desde un primer momento se nota que está más en contacto con la realidad que Lars, pero eso no le impide seguir luchando por su sueño, y convence en un papel que no se parece a otros que haya interpretado. Hay tal vez alguna conexión con lo que hizo en Los Rompebodas, película en la que también apareció Ferrell.

El atractivo principal es el concurso mismo. El antagonista, Alexander Lemtov (Dan Stevens), no es un villano ni nada por el estilo, es sólo un cantante que quiere casarse con Sigrit para alcanzar un nuevo nivel de estrellato. Pero no tiene un plan maestro, sólo son pequeñas tretas que a veces funcionan y a veces no. Es, como los demás personajes, simplemente alguien que busca lo que quiere sin ponerse mal si fracasa.

En el medio queda la relación de Lars con su padre, interpretado por Pierce Brosnan, y muchas canciones que recuerdan a Eurovisiones anteriores. De hecho, hay varios cameos de ganadores como Conchita Wurst, Alexander Rybak o Netta. En definitiva, una serie de invitados variopintos que le suman liviandad a la trama, ya de por sí muy liviana.

Conchita Wurst hace su aparición en medio de un número musical.

Eurovisión no le va a cambiar la vida a nadie, pero es una excelente opción para pasar un rato ameno con el trabajo de un gran actor que se decidió finalmente a hacer lo que mejor le sale: hacer reír mostrando un universo ajeno y delirante. Festival de la Canción Eurovisión: la Historia de Fire Saga se puede ver en Netflix.

Archivado en