Polémica

Anuncian el esperado desenlace de una acusación contra Adrián Suar en la Cámara del Crimen

Hace unos años, el periodista y escritor Daneil Frescó denunció que el empresario Adrián Suar su novela "Enfermo de fútbol" para crear el guión de la película "El fútbol o yo". En la nota, los detalles de la resolución judicial.

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MDZ Show jueves, 3 de diciembre de 2020 · 17:56 hs
Anuncian el esperado desenlace de una acusación contra Adrián Suar en la Cámara del Crimen
Adrián Suar Foto: Captura TV

Según informa el periodista Omar Lavieri en el portal Infobae, el empresario Adrián Suar fue sobreseído por la Sala VI de la Cámara del Crimen en la querella iniciada por el periodista y escritor Daniel Frescó, quien lo acusó de utilizar sin autorización su novela "Enfermo de fútbol" como base del guión de la película "El fútbol o yo".

Frescó había denunciado a Suar, al coguionista Marcos Carnevale y al productor asociado José Levy, con quien había intercambiado mails porque estaba interesado en su novela incluso antes de que saliera a la venta en las librerías. Levy recibió una copia del libro de Frescó. Los imputados sostuvieron que habían comprado los derechos de la película franco-belga "Je suis supporter du Standard" que hablaba del fanatismo de un hincha por su equipo y que tomaron de allí la idea.

La demanda había comenzado en 2017. Pasó por las manos de tres jueces. Finalmente, este miércoles 1 de diciembre la Sala VI de la Cámara del Crimen con la firma de los jueces Julio Lucini y Magdalena Laíño confirmó el sobreseimiento de Suar, Carnevale y Levy.

Los camaristas Lucini y Laiño señalaron: “En lo concreto, no advertimos que la ‘originalidad’ que presentaría la novela de Frescó -fanatismo universal- permita hablar de una creación propia que, al estar también presente en El fútbol o yo lleve a la conclusión que estamos ante un plagio. Contrariamente, no sólo pareciera ser un concepto que puede verse cotidianamente justamente por no resultar novedoso encontrase con una persona entusiasta de ese deporte de manera genérica respecto a clubes de todo el mundo. Máxime cuando, reiteramos, en Je suis supporter du Standard, publicada dos años antes, se habla de ese tipo de fanatismo, aunque sí de forma un tanto más acotada, pero que evidentemente interfiere en su vida con la misma profundidad”.

Y agregaron: “Lo relevante es que se observa una diferencia palmaria en el núcleo y desenlace entre el libro y la película. Mientras el primero transita casi exclusivamente sobre la novedad de pretender ser declarado ‘enfermo de fútbol’, logrando así no poder ser despedido de su trabajo, llegando a judicializar y mediatizar la cuestión y dejando de lado todo el resto de su vida, en tanto incluso permaneció encerrado en su domicilio por quince meses y quince días -esto sí pareciera ser lo original de la creación-, la restante se ciñe al reconocimiento por parte del protagonista que sería un ‘adicto al futbol’ y así, intenta superarlo para poder recuperar a su pareja, lo que finalmente logra. Incluso esa particularidad de ‘adicción’, el modo en que lo advierte y trata -haciendo un test de alcoholemia y yendo a un grupo de alcohólicos anónimos- justamente es la que toma del film belga. Ambas piezas son fácilmente diferenciables la una de la otra, y pensar que la película esté basada en el libro no es posible. Reiteramos, transitan por caminos conceptualmente diferentes y no existe la presunta ‘imitación’ de la obra con el alcance que el recurrente pretende otorgarle”.

Lucini y Laiño concluyeron: “Estamos lejos de poder probar que al elaborar lo que posteriormente se vio en el cine conocieran sobre el libro del querellante y, más precisamente, que lo usaran para la adaptación del guion a la pantalla. Lo que sí puede observarse es la cierta correspondencia con la obra belga de la cual adquirieron formalmente sus derechos y obviamente la idea de la película que no sería más que una nueva versión de ella. Así, insistimos en que las aisladas coincidencias-triviales, por cierto- del documento con el film no permite de modo alguno teñir de delictiva la acción de los encausados”.

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