El Citroën 2CV celebra un nuevo hito en su historia

Hace más de 30 años se dejaba de fabricar uno de los vehículos más icónicos de la industria automotriz. Hablamos del Citroën 2CV, un modelo que nació hacia finales de la década del 40 y que pasó a la historia como la solución de movilidad para familias en cualquier tipo de terreno. 

Este año el Citroën más simpático de todos los tiempos celebra su 75 aniversario. El 2CV nació como prototipo a mediados de la década del 30, pero el estallido de la Segunda Guerra Mundial impidió que el modelo terminado se devele al público.

Por eso finalmente el modelo de Citroën tuvo su esperado debut en el Salón del Automóvil de París de 1948. Debajo del capó de aquel primer 2CV se encontraba su pequeño corazón, un motor bicilíndrico de 375 cc refrigerado por aire que podía desarrollar unos 9 HP, que le permitía alcanzar una velocidad máxima de apenas 50 km/h. 

Hoy en día parece poco pero en aquel entonces el Citroën 2CV se convirtió en el preferido de miles de familias francesas con bajos ingresos que venían golpeadas de la guerra y finalmente podían cumplir el sueño de tener un vehículo para usar como medio de transporte. 

Como si fuera poco, el Citroën 2CV seducía con el diseño de su carrocería y algunos detalles inteligentes como las puertas y el techo desmontables. El éxito del modelo fue tal que para la década del 50 Citroën anunciaba plazos de entrega que duraban hasta seis años, como si se tratara de una Ferrari super exclusiva. 

Con el paso del tiempo el Citroën 2CV evolucionó de manera constante, incrementando la potencia del motor y sumando ítems de confort, pero sin perder su esencia. Sobre la misma arquitectura la firma francesa también creó otras opciones como la furgón o el recordado Mehari, sin olvidar vehículos más modernos y tecnológicos como Ami o Dyane. 

El 2CV fue el único modelo de toda la familia que sobrevivió al paso del tiempo y la producción finalizó recién en 1990. Para ese entonces se habían comercializado un total de 5,1 millones de unidades, convirtiendo al modelo en un verdadero objeto de culto que hoy en día tiene su respectivo club de admiradores en varias partes de todo el mundo, incluída nuestra región.