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Un emblemático deportivo japonés recibió su primer lavado en 23 años

Es un Mazda RX-7 que tiene tan solo 8.800 millas en el odómetro y estuvo guardado en una cochera durante más de dos décadas por una increíble razón.

Redacción MDZ Online martes, 6 de diciembre de 2022 · 13:00 hs
Un emblemático deportivo japonés recibió su primer lavado en 23 años
Mazda RX-7
Un emblemático deportivo japonés recibió su primer lavado en 23 años
Mazda RX-7
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Un hallazgo de cualquier auto que haya sido emblemático para su época siempre resulta algo interesante, aunque a veces no aparecen modelos clásicos de los 50 o 60, sino que son ejemplares un poco más modernos, que igualmente marcaron de alguna manera a los fanáticos fierreros. 

Esta vez el protagonista de una “Barn Find” no es un muscle car americano como puede ser el Ford Mustang que te mostramos en otra oportunidad, sino que se trata de un Mazda RX-7 de 1994 que aparentemente quedó guardado en una cochera durante 23 años sin utilizarse. Ahora, esta unidad recibirá el cariño y cuidado que se merece para volver a la vida. 

El video subido al canal WD Detailing muestra todo el proceso de restauración que sufrió esta coupé japonesa noventosa. El ejemplar pertenece a la tercera generación del modelo, conocida bajo la identificación FD entre los fanáticos. Bajo el capot esconde el característico motor rotativo con doble turbo y 1,3 litros que desarrolla una potencia de 252 HP, que unos años más tarde pasó a 276 HP. En Estados Unidos, el RX-7 chasis FD se comercializó hasta 1995, aunque en Japón se mantuvo en producción hasta 2002. 

Pero volviendo al proceso de cambio que tuvo el auto, de acuerdo a la introducción del video el RX-7 fue adquirido por su propietario actual como cero kilómetro en 1995, y desde entonces solo recorrió 8.800 millas. Curiosamente, un día su dueño llegó a conducir hasta 140 mph, unos 235 km/h, pero luego se asustó y así fue como el vehículo quedó estacionado para siempre durante los últimos 23 años. 

El proceso de limpieza del Mazda RX-7 quedó registrado por completo, comenzando por el lavado exterior al detalle, sumado al trabajo que se realizó en el interior tras remover buena parte de los elementos del habitáculo como los asientos. En ese proceso, se encontraron sorpresas desagradables como varios nidos y cadáveres de ratas. 

El resultado final es elocuente, con la pintura negra de la carrocería brillante y sin detalles que de uso, lo que prueba su bajo kilometraje. Pero más allá del aspecto exterior, la realidad es que el auto necesitará una restauración para el motor, que estuvo sin funcionar durante más de dos décadas y seguramente requerirá de un servicio completo. 

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