Mercado

Luces y sombras del plan oficial de subsidios a la compra de 0Km

La noticia sorprendió porque el macrismo descree de los incentivos fiscales, o mejor dicho, de que el Estado “distorsione” el mercado. Hay 10.000 empleos en juego y el programa dura 25 días.

miércoles, 5 de junio de 2019 · 17:47 hs

Desde principios de año, cuando los datos de venta de vehículos comenzaron a mostrar catastróficos porcentajes, desde el complejo automotriz se comenzó a pedir algún tipo de incentivo por parte del Estado para aliviar la crítica situación.

Los números, con caídas promedio de 50% en los patentamientos durante estos meses, se explican por una causa muy clara: la brutal devaluación del peso, el consiguiente aumento de los precios de los autos y la pulverización del poder de comprar de la ciudadanía, que en su enorme mayoría tiene ingresos en pesos.

En Argentina, a su vez, los autos nacionales tienen mitad de piezas importadas, por eso, más allá de que se fabriquen acá, sus precios también volaron por los aires junto al dólar.

Para colmo de males, las automotrices y su red de concesionarias, esperaban vender un millón de autos en el 2019, apalancados por el Gobierno nacional, que festejó los buenos números de venta del 2017 y esperaba un 2018 récord. En el medio “pasaron cosas”, y el millón de autos podrán ser, con suerte, 500.000 mil.

A mediados del 2018, cuando el mercado internacional dejó de prestarle dólares a Argentina, no hubo forma de parar la devaluación, impulsada por aquellos que querían comprar dólares (sin ninguna restricción). Como marca el dios mercado, cuando un bien es escaso su precio aumenta. Así pasó con el dólar. La historia es conocida: el país volvió a pedirle dinero al FMI tras 13 años.

Con este contexto, las automotrices nucleadas en Adefa (fabricantes), comenzaron a pujar por algún incentivo fiscal que impulsara la compra de autos 0Km. El alto stock era (o es) insostenible, incluso algunos conocedores desde sector lo ubicaban en unos 250.000 autos, es decir casi la mitad que se espera vender en todo el año.

Además, la producción y exportación de vehículos comenzó también a mostrar números preocupantes por la situación de estancamiento de Brasil.

Volvamos al plan de vender un millón de autos: automotrices y concesionarios adecuaron sus estructuras justamente para un mercado de un millón de vehículos vendidos por año. Esa previsión hoy es un costo enorme que pone en riesgo nada menos que 10.000 empleos en todo el país, sobre todo en las agencias.

A esta situación, desesperante, se suman los procesos de baja de salarios, suspensiones, despidos y retiros voluntarios implementados por las fábricas. Justamente del lado de las terminales vino una pésima noticia que tuvo impacto internacional, y que cayó como una bomba en la Casa Rosada: Mercedes Benz, “por la situación económica argentina”, canceló la producción de la camionera Clase X. Ese dato fue el que terminó de convencer al Gobierno, absolutamente pro mercado, a meter al Estado a jugar con un subsidios de 1.000 millones de pesos para “abaratar” el costo de algunos autos.

El plan

Hoy no hay autos que cuesten, puestos en calle, menos de 500.000 pesos. Si tenemos en cuenta que el subsidios (compartido entre terminales y Estado) será de 50.000 pesos (20.000 pone el Estado) para vehículos de hasta 750.000 pesos, y de 90.000 (40.000 pone el Estado) para los que cuesten entre 750.000 y 1,4 millones, está claro que difícilmente la “ayuda” defina alguna compra.

Asimismo, es llamativo cómo el Estado aportará para quienes puedan comprar los vehículos más caros. Si la idea es que la medida mueva la aguja en serio y que los números de la caída de ventas comiencen a mostrar mejoras, el mayor subsidio debería ser para los vehículos más accesibles.

También es notable que el subsidio se podrá aplicar a autos importados, es decir que la ayuda estatal estará "bancando" la mano de obra en otros países, como en Brasil. Aquí toma relevancia el dato que refleja que 7 de cada 10 autos que se venden en Argentina son foráneos (hace cuatro años la relación era casi 5 a 5).

Otra cuestión llamativa es que la “promoción” durará sólo 25 días, entre el 5 y el 30 de junio.

De todas maneras, y esto no es un dato menor, toda la industria está esperando que se empiecen a comprar los datos de este año con los del 2018, pero de los meses en los que comenzó la debacle. Es que hasta ahora, la comparación se viene haciendo con meses récord, de ahí lo dramático de los porcentajes.

Con todo, es de esperar que los 1.000 millones tengan algún efecto, pero lejos estén de reactivar un sector que desde hace tiempo debe replantearse seriamente su rol en la matriz productiva nacional. Pero con importación de autos liberada, autopartes importadas y mercado interno en retroceso, difícil ver la luz al final de la línea de montaje.