Termas de Mendoza para visitar en invierno y volver con el cuerpo renovado
La Cordillera de los Andes y las propiedades curativas de las aguas termales convierten a Mendoza en un destino ideal para el descanso, bienestar y naturaleza.
Las termas de Los Molles son una opción en el sur de Mendoza.
@las_termas_de_los_mollesCon la llegada del invierno, las termas mendocinas se posicionan como una de las mejores opciones para quienes desean combinar relax, aire puro y experiencias únicas en plena montaña.
En Mendoza, dos complejos termales se destacan por su historia, infraestructura y entorno natural: Las Termas de Los Molles, en el sur de la provincia, y el Hotel & Spa Termal de Cacheuta, ubicado a orillas del Río Mendoza, en Luján de Cuyo.
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Termas de Los Molles: historia, altura y un spa de alta montaña
A 1.890 metros sobre el nivel del mar y a solo 18 kilómetros del reconocido centro de esquí Las Leñas, se encuentra uno de los complejos termales más emblemáticos de Mendoza. Su historia se remonta a 1916, cuando Fermín Díaz, un pionero que creía en el poder curativo de la alimentación y las aguas termales, logró inaugurar el hotel spa tras arduos años de trabajo y esfuerzo. Subiendo materiales en carretas por la montaña, convirtió su sueño en realidad.
Hoy, Las Termas de Los Molles mantiene elementos integrando tradición con servicios modernos. Su próxima reapertura será el 2 de julio, con tarifas que varían según la temporada: desde $648.000 por noche en temporada baja, hasta $756.000 en temporada alta, en habitación doble. Además del centro termal, el complejo ofrece alojamiento con restaurante, gimnasio, spa, piscina al aire libre en temporada, wifi gratuito y guarda de equipos de esquí. También hay opciones de actividades extremas, sujeto a disponibilidad.
Termas en Luján: un clásico mendocino en el corazón de la montaña
Rodeado por la imponente Cordillera de los Andes y las aguas del Río Mendoza, el Hotel & Spa Termal de Cacheuta es un destino tradicional para quienes buscan descanso absoluto. Con 16 habitaciones -sin televisión, para favorecer la desconexión total-, el complejo ofrece pensión completa con desayuno buffet, almuerzo criollo, aperitivos y cena a la carta. Todo enmarcado en un ambiente que invita al descanso y a la contemplación del entorno.
Además, tiene más de 10 piscinas cada una con diferentes temperaturas y sistemas de hidroterapia. A esto se suman tratamientos de fango, sauna seco, una gruta termal, ducha escocesa, pediluvio y un camino sensorial. En junio, el hotel ofrece la posibilidad de pagar en tres cuotas sin interés para residentes argentinos. Las tarifas también dependen de la temporada: una habitación doble con vista a la montaña cuesta $364.500 en junio y asciende a $461.000 a partir de julio.
Las termas mendocinas no solo ofrecen descanso físico, sino también un espacio para la reconexión personal. El entorno natural y las propiedades terapéuticas de las aguas convierten a estos destinos en refugios perfectos para enfrentar el invierno con energía renovada.




