Presenta:

Semana de la Lactancia Materna: 10 mitos que la ciencia desmiente

"Es fundamental derribar creencias para entender que amamantar va más allá de simplemente nutrir: es un acto físico, emocional y de vínculo que requiere apoyo, no presión", aseguran los médicos.

Amamantar es una construcción, un proceso vincular, fisiológico y emocional.

Amamantar es una construcción, un proceso vincular, fisiológico y emocional.

Canva

Durante la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que se celebra del 1 al 7 de agosto, los profesionales de la salud enfatizan que amamantar no es solo un proceso biológico; también es una experiencia emocional compleja influenciada por expectativas sociales y relaciones interpersonales.

A pesar del respaldo científico sobre sus beneficios, persisten numerosos mitos que complican la continuidad de la lactancia y afectan emocionalmente a quienes intentan mantenerla.

“La lactancia es una experiencia profundamente emocional. No solo alimenta al bebé físicamente, sino que también establece uno de los primeros vínculos afectivos. Por eso, cuando surgen dificultades, las madres no solo buscan ayuda por problemas físicos, sino también por lo que sienten: culpa, frustración y miedo a no hacerlo bien. Acompañarlas sin juicios, proporcionar información y validar sus emociones es esencial en el rol profesional”, afirma el doctor Daniel Ruffolo, médico cirujano, ginecólogo y obstetra del CMC de Mendoza de Boreal Salud (MP 8045).

lactancia materna
Entre el 1 y el 7 de agosto se conmemora la Semana Mundial de la Lactancia Materna,

Entre el 1 y el 7 de agosto se conmemora la Semana Mundial de la Lactancia Materna,

Entre los mitos más comunes sobre la lactancia

  • “Si los pechos son pequeños, no se puede amamantar”: el tamaño no determina la capacidad de producción. Todas las madres pueden generar la cantidad necesaria con el estímulo adecuado.
  • “Después de los seis meses, la leche ya no alimenta”: la leche materna sigue siendo una fuente importante de nutrientes y defensas incluso después del primer año.
  • “Si el bebé llora mucho, es porque la leche no lo sacia”: el llanto puede deberse a otras necesidades como contacto, sueño o malestar; no necesariamente indica baja calidad de la leche.
  • “No tengo suficiente leche”: muchas veces es una percepción errónea. La succión frecuente es clave para sostener y aumentar la producción.
  • “Estar resfriada impide amamantar”: salvo en casos excepcionales, amamantar durante una enfermedad suele ser recomendable, ya que la leche transmite anticuerpos protectores.
  • “Si el bebé toma fórmula o mamadera una vez, rechaza el pecho”: no siempre es así. Muchas lactancias mixtas funcionan bien con el acompañamiento adecuado.
  • “La leche es muy aguada y no alimenta”: la apariencia y composición de la leche pueden variar durante la toma, pero siempre proporciona lo necesario para el bebé.
  • “Amamantar debería ser fácil si se hace con amor”: la lactancia puede ser desafiante incluso en contextos donde hay deseo. El amor no sustituye el apoyo técnico y emocional necesario.
  • “Después de algunos meses, la leche se corta sola”: la producción se regula según la demanda. Si el bebé sigue mamando, la leche continúa.
  • “Volver al trabajo impide seguir amamantando”: con organización y asesoramiento sobre extracción de leche, muchas mujeres logran equilibrar lactancia y trabajo.