Los árboles de Navidad que iluminaron al mundo
De Nueva York a París y de Londres a Río, algunos árboles de navidad no solo iluminaron plazas y salones, sino también la imaginación.
El ex presidente católico de EEUU, John Kennedy, con Jaqueline Onasisis, junto al gran árbol de Navidad de la Casa Blanca en 1961, año en que asumió como mandatario.
BettmannCada diciembre, millones de luces envuelven árboles de navidad en todo el planeta para celebrar el nacimiento de Jesucristo. Pero solo unos pocos de esos árboles logran convertirse en verdaderas leyendas: aquellos que cuentan una historia, rompen moldes o capturan el espíritu navideño con una mezcla perfecta de belleza y emoción.
Si bien la navidad es una celebración cristiana, por un lado el árbol tiene orígenes miles de años antes del nacimiento de Jesucristo en Belén (el primer año de lo que se considera "DC") . En tanto, la idea de llevar un árbol decorado al interior de la casa durante celebraciones religiosas aparece con más claridad en Alemania y las regiones germánicas entre los siglos XVI–XVII. Créditos: Mario Simonovich.
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Civilizaciones como los egipcios, romanos y pueblos celtas usaban ramas verdes en festividades invernales o en rituales para celebrar el retorno de la luz (solsticio). Estas prácticas datan antes de Cristo, por lo que no tienen nada que ver con el sentido cristiano que tiene en la actualidad la navidad.
Por otra parte, la Biblia también hace referencia a la costumbre de adornar árboles. El profeta Jeremías, en el siglo VII a.C., escribió sobre quienes cortan un leño y lo decoran con plata y oro, fijándolo en el suelo para evitar que se caiga. Pero muchos rechazan la validez de las escrituras sobre este caso.
A lo largo de la historia -sobre todo en los últimos cien años- , algunos árboles de navidad han trascendido su función decorativa para convertirse en verdaderos símbolos culturales. Ya sea por su diseño innovador, su vínculo con la moda o su espectacular puesta en escena, cada uno de los mismos han deja una huella imborrable.
Desde la elegancia de Jackie Kennedy en la Casa Blanca hasta la fantasía flotante de Río de Janeiro, estos árboles icónicos nos recuerdan que la verdadera magia de la navidad está en la creatividad, la calidez y la capacidad de sorprender, porque cuentan una historia que rompen moldes o que simplemente capturan el espíritu navideño con un toque de belleza y emoción..
El primer árbol de navidad, decorado con comida
El árbol de Navidad moderno surgió en Alemania en el siglo XVI. Los adornos eran productos naturales y alimentos. Las manzanas representaban las manzanas del Paraíso (símbolo del árbol del bien y del mal). Las nueces y almendras, la prosperidad. Los dulces eran regalos para niños y estaba colgadas con cintas. Además de la comida, se colocaban velas reales y figuras hechas a mano en madera. Imagen: modelo hecho por Mario Simonovich.
Según la tradición, en la Navidad de 1419 se colocó un abeto en el Hospital del Espíritu Santo para los Pobres en Friburgo (en lo que hoy es el antiguo Gran Ducado de Baden, Alemania), donde habían niños. Se lo atribuye al gremio de panaderos de esa ciudad alemana -que integraba el Sacro Imperio Románico Germánico-. Luego, el árbol se decoró con galletas de miel, nueces y frutos secos. Se dice que permaneció en pie hasta el 31 de diciembre de 1419, cuando fue "sacudido" y se permitió a los niños comer la decoración. En tanto, las luces en los árboles se empezaron a usar con velas hacia finales del siglo XVIII en Alemania. Créditos: christmastreesdirect.co.uk
La leyenda del primer árbol navideño: un humilde abeto
También se atribuye como primer árbol de navidad un pequeño abeto verde que apareció tras la caída de un gran roble y que eso se tradujo en mensaje de esperanza, amor y bondad en la vida presente:
Hace mucho un bebé nació en un humilde pesebre de Belén. Los ángeles anunciaron a todos su nacimiento, porque aquel indefenso y pequeño bebé, era el hijo de Dios. Cerca del pesebre había tres árboles: una palmera, un olivo y un abeto. Este último preguntó a los otros dos: – ¿Qué podría darle yo al niño Dios?. Y las dos plantas respondieron así: "¿Tú? ¡No tienes nada que darle! y ¡Tus agujas le pincharían!". Entonces el abeto, muy triste, les dio la razón: "Es verdad… yo no tengo nada que ofrecer…". Pero...cuando anocheció, un ángel que estaba en el pesebre le pidió a algunas estrellas que directamente se posaran sobre el abeto. Y así fue: el abeto brilló con intensidad. Entonces el niño Jesús sonrió y el abeto, sin tener nada, se convirtió en el árbol de navidad.
Árboles de navidad icónicos y que iluminan el mundo
Son aquellos que en los últimos cien años se han destacado por contar una historia, romper moldes o simplemente capturar el espíritu navideño con un toque de belleza y emoción.
El árbol de Navidad del Rockefeller Center de Nueva York ha sido una tradición navideña desde principios de la década de 1930, Pero comenzó a trascender en 1971 (izq) cuando, con sus 20 metros de altura, generó una vista impresionante que con los años su majestuosidad ha ido aumentaron con la incorporación de luces y decoraciones más elaboradas. Créditos: elcorreogallego.es y travesiasdigital.com.
También en Estados Unidos, en 1961, en el salón Azul de la Casa Blanca (Washington D. C.), con el presidente John F. Kennedy -que cumplía su primer año de mandato-, fue el escenario de un árbol de navidad adornado con juguetes, ángeles, pájaros, bastones de caramelo y copos de nieve. Además del árbol navideño también se destaca en el centro de la imagen el vestido rojo de Jacqueline Kennedy Onassis (también católica como su marido, que quedó viuda dos años después, tras el asesinato de JFK y murió a los 64 años en 1994). Muchos presidentes de Estados Unidos, con sus respectivas primeras damas, repitieron esta foto en épocas navideñas, algunas veces para hacer campaña política. Imagen: allthatsinteresting.com.
En 2005, el árbol de navidad flotante de Río de Janeiro (Brasil), instalado en la Laguna Rodrigo de Freitas, convirtió la temporada navideña de ese año en un evento histórico. Cubierto con 2.8 millones de luces de colores y sigue siendo uno de los árboles más impresionantes jamás vistos durante las fiestas. Con 82 metros de altura, montado sobre 11 plataformas flotantes y con un peso de 450 toneladas, demuestra que un árbol de Navidad no tiene que ser natural para ser extraordinario. Imagen: elespañol.com
El árbol de navidad de Murano (Italia) también es uno de los más icónicos del mundo. Murano es una isla de la laguna Véneta, en el noreste de Italia, en la región del Véneto, a un kilómetro de Venecia. Es famosa por su artesanía del vidrio. ¿A quién se le ocurrió? A Simone Cenedese, maestro vidriero veneciano, que en 2006 fabricó esta obra maestra de 8,5 metros compuesta por 1000 tubos de vidrio soplado, instalada en el Campo Santo Stefano de Venecia. Su diseño permite que la luz baile entre las formas escultóricas, transformando la tradición en un arte luminoso que evoca un ambiente festivo con una moderna singularidad. Créditos: Pinterest.
Lo que el Rockefeller Center es para los neoyorquinos, Galeries Lafayette lo es para los parisinos en Francia. Desde 1976, la emblemática tienda de París recibe a sus clientes con un impresionante árbol de Navidad bajo su icónica cúpula. Esta foto corresponde a los árboles de Navidad de los años 2022, 2024 y 2018. Créditos: ortiraparis.com.
Árbol de navidad situado en la ladera del Monte Ingino (Gubbio, Italia), a 255 kilómetros de Roma. Se inauguró en 1981 y diez años después fue récord Ginness. Su altura es de 750 metros. Tiene 7.500 metros de cables conectados (con 1.350 enchufes y conectores). Iluminado con más de 3.000 lámparas, incluyendo 400 multicolores y 250 para la estrella. Cada año se destinan más de dos mil horas para poner en condiciones este árbol navideño comunitario. En 2014, el papa Francisco fue quien activó todas las luces, lo que significó un momento inolvidable para los asistentes.en Foto: millasxelmundo.com
Estos árboles enseñan que -más allá de lo religioso- la magia navideña no depende del tamaño ni del lujo, sino de la creatividad, la coherencia y la emoción que despiertan. Son recordatorios luminosos de que, cuando algo se crea con imaginación y cariño puede volverse eterno.











