La hermosa isla a pocas horas de Buenos Aires donde la historia y la naturaleza se encuentran
A solo dos horas de navegación desde Tigre, la Isla Martín García combina paisajes vírgenes, tranquilidad absoluta y un pasado fascinante que marcó capítulos claves de la historia argentina.

Un refugio natural y lleno de historia: la Isla Martín García, a solo dos horas de Buenos Aires, combina playas tranquilas, senderos, mariposas y vestigios de un pasado que marcó la identidad del país.
La Ruta NaturalA veces, para desconectarse del ritmo acelerado de Buenos Aires, no hace falta viajar demasiado. Basta con mirar hacia el norte y dejarse llevar por el cauce del Delta del Paraná, hasta llegar a un rincón donde el tiempo parece haberse detenido: la Isla Martín García, un verdadero tesoro natural y cultural de la provincia.
Rodeada por aguas tranquilas y envuelta en vegetación espesa, esta isla guarda secretos de siglos. Fue escenario de batallas, cárcel de expresidentes —como Juan Domingo Perón— y refugio de aves, mariposas y especies únicas que la convirtieron en una joya ecológica.
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Un viaje entre historia y naturaleza
El recorrido comienza en Tigre, punto de partida hacia el corazón del Delta. Desde allí, los barcos navegan por canales serpenteantes hasta arribar, dos horas después, a este pedazo de tierra que alguna vez Sarmiento soñó como capital de una nación unida entre Argentina, Uruguay y Paraguay.
Caminar por la isla es adentrarse en un museo al aire libre. Las visitas guiadas recorren la antigua panadería —donde se elabora el tradicional pan dulce de la isla—, el viejo presidio, la iglesia, el cementerio y los senderos que se pierden entre árboles centenarios. Cada rincón tiene su relato, y cada paso respira memoria.
Un isla para observar y descansar
Más allá de su legado histórico, Martín García deslumbra por su entorno natural. En sus costas crecen juncales y pajonales que sirven de refugio a una fauna diversa. Más de 150 especies de mariposas —entre ellas, la mariposa bandera argentina— y una infinidad de aves convierten este lugar en un paraíso para fotógrafos y amantes de la naturaleza.
Los visitantes pueden recorrerla en bicicleta o kayak, acampar bajo las estrellas o simplemente disfrutar del silencio interrumpido por el canto de las aves. Para quienes buscan más comodidad, la isla cuenta con una hostería, un hostal y varios campings.
Cómo llegar a la isla
Desde la estación fluvial de Tigre parten los barcos que conectan con la isla en aproximadamente dos horas. El viaje en sí ya es una experiencia: atravesar el delta, con su ritmo lento y sus reflejos verdes, es la antesala perfecta para el encuentro con este enclave donde la historia y la calma se funden.