El ritual del verano: cómo recibir la nueva estación con energía renovada
Este domingo 21 de diciembre comienza oficialmente el verano en Argentina. Con el solsticio como protagonista, muchas personas realizan rituales simbólicos.
Conoce los rituales que debes realizar este domingo. Foto: Shutterstock
El domingo 21 de diciembre no será una jornada cualquiera. Con el solsticio de verano, Argentina vivirá el día más largo del año y el inicio oficial de la estación estival, un momento que desde tiempos ancestrales está cargado de simbolismo. Para muchas culturas, el solsticio representa renovación, expansión y abundancia, y en la actualidad estas creencias se traducen en rituales simples que buscan marcar un nuevo comienzo.
Lejos de prácticas complejas o esotéricas, el ritual del verano se apoya en gestos cotidianos que invitan a hacer una pausa, ordenar deseos y conectar con la energía del cambio de estación. El protagonismo lo tiene el sol, fuente de vida y crecimiento, y el fuego, símbolo de transformación.
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Los rituales para hacer este fin de semana
Uno de los rituales más difundidos consiste en realizar una limpieza energética del hogar durante la mañana del domingo. Ventilar los ambientes, ordenar espacios y deshacerse de objetos que ya no se usan es una forma simbólica de dejar atrás lo viejo y habilitar lo nuevo. En muchas tradiciones, el acto de ordenar se asocia a la claridad mental y emocional, preparando el terreno para los meses de mayor actividad social y movimiento.
Al atardecer, momento clave del solsticio, se recomienda encender una vela de color amarillo, naranja o blanco, tonos vinculados a la luz, la vitalidad y la creatividad. Frente a la vela, el ritual invita a escribir en un papel tres intenciones para el verano: pueden ser deseos vinculados a la salud, los vínculos, el trabajo o proyectos personales. La clave no está en la cantidad, sino en la claridad y la honestidad con uno mismo.
Una vez escritas las intenciones, muchas personas eligen leerlas en voz alta y luego guardar el papel en un lugar visible del hogar, como recordatorio del compromiso asumido. Otros optan por quemarlo con cuidado en la llama de la vela, como gesto simbólico de entrega al nuevo ciclo que comienza.
El ritual también puede complementarse con un momento de conexión corporal. Caminar descalzo sobre el pasto o la tierra, tomar contacto con el agua o simplemente respirar profundo durante algunos minutos ayuda a bajar el ritmo y tomar conciencia del presente. En este sentido, el inicio del verano se presenta como una invitación a reconectar con lo esencial, en una época del año asociada al disfrute, la expansión y el encuentro.
Especialistas en bienestar emocional señalan que estos rituales funcionan como anclajes simbólicos. No prometen resultados mágicos, pero sí ayudan a ordenar pensamientos, enfocar objetivos y generar una sensación de cierre e inicio de etapa. En un contexto marcado por la inmediatez y el estrés, estos momentos de pausa cobran un valor significativo.
El domingo 21, además, coincide con el cierre del año para muchas personas, lo que potencia el significado del ritual. La llegada del verano se vive como una oportunidad para soltar cargas, renovar energías y abrirse a nuevas experiencias.
Así, recibir el verano con un ritual sencillo se transforma en un gesto íntimo y personal. Una manera de acompañar el cambio de estación con intención, conciencia y esperanza, recordando que cada ciclo que comienza también ofrece la posibilidad de empezar de nuevo.



