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El origen de la tradición de las 12 uvas en Año Nuevo: una costumbre que sigue vigente

La práctica de comer 12 uvas al comienzo del nuevo año se mantiene como uno de los rituales más extendidos en diversas culturas hispanohablantes.

El origen de la tradición de comer 12 uvas combina elementos históricos, simbolismo y tradición popular.

El origen de la tradición de comer 12 uvas combina elementos históricos, simbolismo y tradición popular.

Cada 1 de enero, millones de personas en distintos países ingresan al nuevo año acompañadas por un ritual tan simple como simbólico: comer doce uvas durante los primeros segundos del año entrante. La costumbre, que en la actualidad forma parte de celebraciones familiares y festividades públicas, tiene un origen que se remonta a más de un siglo y se vincula estrechamente con la historia de España.

Mermelada de uvas para disfrutar: receta casera y fácil Foto: Shutterstock
Foto: Shutterstock

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Un inicio en la España del siglo XIX

El antecedente más aceptado por los historiadores sitúa el nacimiento de la tradición en Madrid, hacia finales del siglo XIX. Por entonces, las familias de la capital española asistían a fiestas privadas para recibir el nuevo año, donde era habitual el consumo de espumantes y uvas, un fruto asociado a celebraciones aristocráticas.

Sin embargo, la popularización de este ritual habría llegado poco después, cuando los viticultores españoles atravesaron una cosecha particularmente abundante. Para impulsar el consumo del excedente, promovieron la idea de acompañar las campanadas de la medianoche con una uva por cada una de ellas. Con el tiempo, la práctica se extendió por todo el país.

La institucionalización de la tradición

A comienzos del siglo XX, la costumbre ya estaba plenamente instalada y el reloj de la Puerta del Sol en Madrid se convirtió en el epicentro simbólico del ritual. Miles de personas se reunían -y aún se reúnen- para comer las uvas al compás de las doce campanadas, marcando así el inicio del nuevo año.

La tradición viajó luego a Latinoamérica, donde fue adoptada y reinterpretada por diversas comunidades. En países como México, Venezuela, Perú, Chile y Argentina, la costumbre se volvió parte esencial de los festejos.

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Un simbolismo asociado a la prosperidad

Las doce uvas representan los doce meses del año que comienza y se cree que su consumo trae buena fortuna, abundancia y prosperidad. En algunas regiones, incluso se asigna un deseo o intención a cada uva, reforzando el carácter ritual de la práctica.

Esta asociación entre el fruto y la buena suerte se relaciona también con el significado histórico de las uvas en la cultura mediterránea, donde han sido un símbolo de fertilidad, celebración y renovación.

Una tradición que perdura

Pese al paso del tiempo y a la diversidad de costumbres con las que se celebra el Año Nuevo en el mundo, la práctica de comer doce uvas continúa vigente y se adapta a las nuevas generaciones. Tanto en reuniones familiares como en celebraciones masivas, este ritual mantiene su lugar como uno de los más reconocidos y practicados en el ámbito hispanohablante.