El hermoso pueblo español oculto en los acantilados del Cantábrico

En la escarpada costa del Cantábrico, norte de España, Cudillero se despliega como un anfiteatro de casas coloridas que descienden hacia el puerto. Este pueblo pesquero, conocido por su singular belleza, ha conservado tradiciones ancestrales que lo hacen único y muy llamativo para el turismo.

Una de sus particularidades es el "pixueto", un dialecto del bable exclusivo de Cudillero, que aún se escucha en boca de los más mayores y se celebra cada 29 de junio durante la fiesta de L'Amuravela. En esta festividad, un vecino recita en verso y en pixueto los acontecimientos del año, mezclando humor y crítica social, en honor a San Pedro, patrón del pueblo.

Un pueblo de colores, tradiciones y lenguaje propio

La gastronomía de Cudillero es un reflejo de su alma marinera. El curadillo, un plato tradicional elaborado con pequeños escualos deshidratados al viento, es una delicia local que se sirve con patatas o fabes. Este manjar, antaño símbolo de supervivencia, hoy es una exquisitez que se puede degustar en los restaurantes del puerto.

Para apreciar la belleza del pueblo, nada como recorrer sus miradores. Desde La Garita, El Picu o La Atalaya, se obtienen panorámicas impresionantes del mar, el puerto y las casas colgantes que caracterizan a Cudillero. Sin duda, es uno de los lugares más encantadores del norte de España.

Sabores del mar, arte y vistas que enamoran

A la entrada de Cudillero, en la localidad de El Pito, se encuentra la Quinta de Selgas, un palacio del siglo XIX conocido como el "Versalles asturiano". Este conjunto alberga una valiosa colección de arte, con obras de Goya y El Greco, y jardines que combinan estilos francés, inglés e italiano.

Otro punto de interés es la capilla del Humilladero, la construcción más antigua del pueblo, que data del siglo XIII. Su arquitectura gótica y su ubicación en el casco antiguo la convierten en una visita obligada para los amantes de la historia.

Las playas de Cudillero son auténticos tesoros naturales que combinan paisajes salvajes, aguas cristalinas y una tranquilidad difícil de encontrar en otros destinos costeros. Entre las más destacadas se encuentra la Playa del Silencio, una cala rodeada de imponentes acantilados e islotes, ideal para quienes buscan desconectar en un entorno virgen.

A pocos kilómetros, la Playa de la Concha de Artedo ofrece una amplia extensión de cantos rodados y arena, con fácil acceso y servicios, siendo perfecta para familias. La Playa de San Pedro de la Ribera, con su arena dorada y entorno natural, es ideal para disfrutar de un día de sol y mar. Para los amantes de la naturaleza más salvaje, la Playa de Gueirúa sorprende con sus formaciones rocosas y ambiente casi cinematográfico.

Los rincones que si o si debes visitar

Otros rincones que debes visitar si estás en este rincón son:

• Plaza de la Marina: el corazón del pueblo, rodeado de casas pintorescas formando un anfiteatro natural, ideal para degustar la gastronomía local.

• Puerto pesquero: un lugar perfecto para pasear y observar cómo llegan los barcos cargados de pescado fresco.

• Ruta de los miradores: camina por sus calles empinadas y visita los miradores del Pico, El Baluarte, La Garita y La Atalaya, con vistas espectaculares.

• Iglesia de San Pedro: iglesia del siglo XVI, que destaca por sus valiosas tallas y su importancia histórica.

• Capilla del Humilladero: el edificio más antiguo del pueblo, del siglo XIII, famoso por sus frescos medievales recientemente descubiertos.

Cudillero es una muestra viva de cómo en España, algunos rincones logran mantener su alma intacta, generación tras generación.