Así es el pueblo del norte de España que te deja sin suspiro
Aínsa, en el corazón de los Pirineos, fue elegido por ONU Turismo como uno de los más lindos del mundo. Historia medieval, biodiversidad y cultura viva lo hacen inolvidable.

Aínsa, elegido por ONU Turismo entre los pueblos más lindos del mundo, combina historia viva, entorno natural y respeto por las raíces.
ShutterstockUbicada en la confluencia de los ríos Ara y Cinca, bajo la imponente mirada de Peña Montañesa, la villa medieval de Aínsa parece haberse detenido en el tiempo. Su casco antiguo, declarado Conjunto Histórico-Artístico, guarda el trazado original de un pueblo que conserva con orgullo su identidad, sus leyendas y sus muros de piedra. Con poco más de dos mil habitantes distribuidos en 22 núcleos municipales, este rincón del norte de España enamora a primera vista.
La distinción que recibió en 2024 por parte de ONU Turismo dentro del programa Best Tourism Villages no hace más que confirmar lo que sus visitantes ya sabían: que Aínsa es uno de los pueblos más bellos del mundo, no solo por su apariencia, sino también por su forma de vivir el presente respetando el pasado y cuidando su entorno natural. El acceso al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, al Parque Cultural del Río Vero y su cercanía con senderos únicos lo convierten en punto de encuentro entre cultura y naturaleza.
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Plaza Mayor, cruz y memoria colectiva
El corazón del pueblo es su plaza Mayor, porticada y cargada de historia. Cada dos años, el primer domingo de septiembre, se realiza allí una recreación histórica conocida como La Morisma, que revive la victoria del rey García Ximénez sobre los sarracenos gracias, según la leyenda, a la aparición milagrosa de una cruz de fuego. Este episodio forma parte de la memoria viva del lugar y reúne a toda la comunidad en una celebración que trasciende el tiempo.
Frente a la plaza se levanta la iglesia románica de Santa María, uno de los templos mejor conservados del Alto Aragón. Su claustro une elementos del románico y el gótico en una composición arquitectónica que asombra por su belleza y equilibrio. El paseo continúa por los restos del castillo, sede cada verano del Festival Internacional de Música Castillo de Aínsa, y donde también funciona el Ecomuseo de la Fauna Pirenaica, alojado en la torre del homenaje, con muestras vivas y educativas sobre la fauna de la región.
Senderos, aves y un modelo de turismo que cuida
En Aínsa la experiencia no se limita a lo urbano. A pocos pasos comienzan los caminos hacia Boltaña, rutas de senderismo que atraviesan valles, bosques y antiguos caminos pirenaicos. Pero también hay espacio para la innovación. Zona Zero Pirineos, un proyecto de cicloturismo creado en la localidad hace más de una década, es hoy referencia mundial en turismo sostenible: fomenta el empleo local, cuida el ambiente y posiciona a Aínsa como destino para los amantes de la aventura.
Otro atractivo imperdible es la experiencia de birdwatching en el comedero de buitres, donde se pueden observar especies como el quebrantahuesos, el buitre leonado y el alimoche en su entorno natural. Esta propuesta ecológica permite admirar la biodiversidad del entorno mientras se refuerza el valor de la conservación ambiental.
El desarrollo del aeródromo de Coscojuela de Sobrarbe, que ha crecido en los últimos años con apoyo municipal, también suma infraestructura para un turismo que no deja de crecer. Pero siempre con una consigna clara: preservar lo que hace único al pueblo.