Fin de semana extra largo: los motivos para visitar el Cementerio de la Recoleta
Una de las visitas imperdibles para el fin de semana extra largo de Semana Santa, es el Cementerio de la Recoleta. La experiencia con visita guiada, el lado A y B de la historia argentina.
Del jueves 28 de marzo al martes 2 de abril se llevará adelante un nuevo fin de semana extra largo de seis días, en el que confluirán los feriados de Semana Santa y el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas. En ese marco, la Ciudad de Buenos Aires ofrece diversidad de actividades culturales, aranceladas y no aranceladas, para pasear en familia y con amigos. Desde MDZ te contamos por qué, una de las propuestas imperdibles es la visita guiada al Cementerio de la Recoleta.
Quien escribe visitó dos veces en su vida el Cementerio de la Recoleta. La primera, en el 2014, tuvo su impacto, importante, principalmente por su valor arquitectónico con irrepetibles mausoleos y bóvedas que albergan a las familias más notables de Buenos Aires y el país. Pero la segunda visita, exactamente diez años después, fue mucho más significativa.
Los lectores y lectoras se preguntarán: ¿Cuál fue la diferencia? Es que el recorrido, con su destacada arquitectura, es extremadamente enriquecedor cuando se realiza con una guía turística. Las historias que cuentan quienes trabajan hace años en el lugar sobre los personajes icónicos que descansan en las más de 4780 bóvedas que tiene el cementerio, como se construyeron, quienes las idearon y las decenas de mitos que han surgido con más de dos siglos desde su inauguración, no están al simple alcance de la vista.
Por eso, la recomendación para los viajeros y viajeras que visiten la Ciudad Autónoma de Buenos Aires este fin de semana extra largo -que comienza este jueves con Semana Santa y termina con el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas- es que no se pierdan la visita guiada de más de dos horas por el Cementerio de la Recoleta.
Las tumbas y mausoleos más visitados
El Cementerio de La Recoleta es el más visitado de la ciudad, por numerosos turistas nacionales e internacionales. En el caso de los turistas del interior del país, Buenos Aires y la Ciudad, los recorridos suelen realizarse por imponentes mausoleos y bóvedas en los que descansan muchos de los principales protagonistas de la historia argentina. Entre ellos, nada más y nada menos que 21 ex presidentes de la nación.
“La tumba más concurrida” por argentinos y extranjeros es la de Eva Duarte de Perón (Evita). Distinto a lo que podría pensarse, su mausoleo no se destaca por ser de envergadura arquitectónica, ya que, no fue construído para la ex primera dama de Juan Domingo Perón sino para la familia Duarte. Sin embargo, por el angosto pasillo en el que se encuentra su bóveda, cientos de visitantes se agolpan para verlo, sacar fotos (y hasta selfies), dejar flores y, en épocas electorales, es común que las personas coloquen las constancias de emisión de voto entre las rejas. “Hay gente que solo entra al Cementerio para ver la tumba de Evita”.
Para los turistas extranjeros, las bóvedas y mausoleos más frecuentados “son de personajes más conocidos para el lenguaje internacional”. Entre los más visitados está el del médico y bioquímico Luis Federico Leloir y el boxeador Luis Ángel Firpo, “uno de los pocos deportistas que está acá” cuenta la guía y agrega que es muy conocida “la historia de 1923, en la que pierde la pelea pero queda como el campeón moral”. Además, “Adolfo Bioy Casares y Victoria Ocampo y su familia que descansan acá, también son los más visitados por turistas extranjeros".
Muchas bóvedas y mausoleos son obra de importantes arquitectos y están decorados con mármoles y esculturas. Además, más de 90 bóvedas han sido declaradas Monumento Histórico Nacional.
Las historias y los mitos
El Cementerio de la Recoleta encierra muchas historias curiosas en sus mausoleos. Como la de David Alleno, cuidador del cementerio, quien ahorró toda su vida para poder construir en él su propia tumba. Algunos dicen que luego de terminar de construirla se suicidó para poder usarla pero quienes saben afirman que el hombre murió después de jubilado.
También, la de Liliana Crociati, quien falleció durante su luna de miel y a quien sus padres le construyeron una bóveda donde reprodujeron su dormitorio y colocaron su escultura en la entrada, luciendo su vestido de novia con el que fue sepultada y acompañada por su inseparable perro que murió años después y se ha hecho famoso en TikTok como el perro que te da suerte si le tocas la naríz. Razón por la que los cuidadores del Cementerio decidieron resguardar la escultura con una cinta separadora para que las personas no se acerquen.
Y las leyendas dos las “damas de blanco”. Una es la que se encuentra en la entrada del Cementerio de la Recoleta y cuenta la historia que un hombre la encontró una noche en los alrededores del Cementerio llorando desconsoladamente, le ofreció su saco y la llevó a tomar un café a “La Biela” que en ese entonces se llamaba “La Veredita”. Luego de pasar un momento juntos, el hombre la besó y ella desesperada, al levantarse derramó café sobre el saco del muchacho. Él corrió detrás de ella, la buscó en la oscuridad hasta llegar al Cementerio que tenía la puerta cerrada y comenzó a gritar hasta que el sereno, lo dejó entrar y allí encontró su saco manchado encima de una de las tumbas, donde yacían los restos de la hermosa chica que había besado hacía unos instantes.
La otra dama de blanco, es Rufina Cambaceres. Cuenta la leyenda que en 1888 Rufina muere repentinamente a los 19 años y su madre se niega a realizar un velorio, contrario a lo que se acostumbraba en esa época, con largos velatorios. Unos días después de haber sido enterrada, el cuidador del cementerio escuchó muchos ruidos que venían desde adentro de la bóveda de la chica y al otro día encontró el cajón corrido por lo que llamó a la madre, Luisa Bacichi -viuda del reconocido escritor y abogado Eugenio Cambaceres- y la convenció de abrir la tumba. Fue allí que encontraron el cuerpo de Rufina todo rasguñado y se cree que fue enterrada viva con un ataque de catalepsia, cuando todavía no se conocía que este estado de coma podía ocurrir y luego seguir viviendo.