Los 6 pasos para un sueño completo
Según fabricantes de colchones, la idea de sueño completo se sustenta en la comodidad, temperatura, luz, sonido, calidad del aire y el orden.
En promedio la gente pasa 26 años de su vida durmiendo y 7 años intentando dormir. Y lo que nos mantiene despiertos en la noche es el malestar físico, la ansiedad y preocupación, la contaminación acústica y hasta las sábanas ásperas. Un sueño completo no consiste solo en dormir bien, sino que en tener una buena rutina para acostarte y despertarte, como además preparar bien el dormitorio para dormir.
Estas afirmaciones de Fredrika Inger (IKEA Suecia, una marca de ese país que comercializa muebles en varios países del mundo y que el año pasado registró su marca en Argentina) tiene que ver con los siguientes “seis secretos escandinavos” para dormir bien:
- Comodidad. Aún comprando el mejor colchón cualquier individuo puede dormir mal si no tiene la almohada adecuada, ya que la comodidad va más allá del colchón. Una almohada gruesa y blanda sirve para quienes duermen boca arriba o de lado, y una almohada más plana y firme, para quienes duermen boca abajo. También -en cuanto al colchón- tiene que ver el tipo de cuerpo, la posición para dormir, el peso, si uno permanece activo (o no) mientras duerme y la temperatura del cuerpo mientras permanece acostado.
- Temperatura. Las personas que duermen con calor son las que tienen sudores nocturnos o tienden a tener un poco de calor. Ellos necesitan ropa de cama refrescante para regular la temperatura. Y están las personas que duermen con frío y para retener e irradiar el calor corporal necesitan de un acolchado grueso El algodón es una opción segura para todas las estaciones, mientras que el poliéster puede ser mejor para quienes duermen con frío.
- Luz. Aquí tiene que ver la cantidad de luz natural que llega al dormitorio, la zona geográfica (por el nivel de luz natural según las estaciones), el tipo de cortina que se utilice (en el verano, por ejemplo, las cortinas oscuras son las más aptas). También tener en cuenta el uso adecuado de la luz artificial: cuando no es así, es decir, cuando hay exceso de cantidad de horas luz artificial de noche, la producción de melatonina, la hormona que regula el ciclo del sueño, se reduce o elimina.
- Sonido. Algunas personas necesitan silencio absoluto para dormir. Un juego de cortinas gruesas y pesadas pueden "bloquear" el ruido. Otra forma de amortiguar el sonido es con una alfombra de pelo grueso. Otra alternativa -aunque para este caso es mejor consultar a un profesional médico- es el ruido blanco, que consiste en un sonido suave, uniforme y constante que tapa otros ruidos externos para así generar un ambiente más tranquilo. En Youtube hay videos que emiten ruido blanco durante horas.
- Calidad del aire. Lo recomendable es mantener ventilado el dormitorio a lo largo de la jornada. Pero es distinta la situación según el lugar donde uno vive: no es lo mismo un edificio o una casa en la ciudad (con calles muy transitadas, expuestos al permanente humo y smog) que una casa cerca del campo (que aún así puede presentar dificultades en el medio ambiente, como inhalar el olor de fertilizantes y los desechos de los animales, entre otros). Por lo tanto un purificador de aire mejorará la calidad del aire en el hogar y probablemente también marcará una gran diferencia en la calidad del sueño.
- Ordenar el dormitorio. Si bien puede parecer que no es un gran problema, un dormitorio desordenado puede afectar la calidad del sueño. Según un estudio clínico de 2017, el desorden físico y visual puede generar niveles más altos de estrés y ansiedad, lo que dificulta conciliar el sueño y permanecer dormido. Como resultado, un individuo puede despertarse cada mañana con cansancio y con menos energía para mantener ordenado el dormitorio y la casa. Es un círculo vicioso.