Cómo ordenar los juguetes cuando los chicos no lo quieren hacer
Ordenar los juguetes cuando los hijos no lo quieren hacer no es un lindo plan por la resistencia que los pequeños muchas veces dan. Pero hay maneras de hacerlo. Conocé algunas formas de concretarlo.
Es normal que todos los días -y a toda hora- haya que recordarles a los pequeños que no pueden andar totalmente descalzos en casa, que hay que lavarse los dientes después de comer y así, muchas otras premisas.
Una de las enseñanzas cotidianas se da cuando se hace necesario recordarles o advertirles -en el peor de los casos- que los juguetes no pueden estar desparramados en la casa las 24 horas. Hay que ordenar, sí o sí. No existe un plan B. Para muchos padres la idea de ordenar los juguetes cuando los chicos no lo quieren hacer les resulta francamente aterrador... pero hay formas para que esto no sea así.
Ante todo es bueno saber que ordenar los juguetes es algo realmente positivo para los chicos. A veces el sentimiento de culpa expresa, como mensaje, todo lo contrario porque lo que uno menos desea es verlos sufrir por esto. La clave es sencilla y es la siguiente: organizar el espacio para jugar con menos cosas (porque de lo contrario no habrá orden).
¿Cómo lograrlo? A través de los siguientes pasos:
1. Ver cómo los chicos juegan
Ellos te van a decir que cada juguete es su preferido, pero es probable que algunos de esos juguetes ya no los quieran tanto. Pero eso hay que descubrirlo, lo que implica dedicarle tiempo a ver cómo los pequeños juegan, para que así, después de un par de semanas, uno descubra cuál de todos sus juguetes dejaron de ser los favoritos.
Lo que ocurre cuando se decide ordenar sin consultarles a ellos es que existe la probabilidad de que se rompa la confianza y de que ellos reaccionen con una actitud de acaparamiento de sus cosas (por miedo de perder sus juguetes porque están interpretando que jugar con orden significa jugar con menos cosas y menos juguetes es sinónimo de perderlos). Así, lo único que se logra con la actitud de acaparamiento es que el desorden crezca más.
2. Liberarse de las presiones
Si bien el papá o la mamá son quienes mejor conocen a sus pequeños aquí la regla es no presionarlos para que jueguen con menos elementos y contribuyan a un ambiente más ordenado. En cambio, sí, empezar con el ejemplo de uno mismo. ¿Qué significa esto? Enseñarles a ser ordenados pero siéndolo nosotros mismos, así los pequeños empiezan a asimilar estos comportamientos. Un ejemplo es que ellos vean cómo uno clasifica y ordena sus cosas o las de la casa. Entonces, con el tiempo, esa actitud/decisión/acción de ordenar que están observando de sus padres lo van a ir incorporando (aunque en principio no se refleje con los juguetes a la larga terminará siendo con esos objetos, también).
3. Ser flexible
Evitar el implemento de medidas duras y rápidas porque los juguetes están incorporados en los sentimientos de los chicos.
4. No abordar demasiadas cosas a la vez
Dicho con otras palabras no llenarles la cabeza con muchos mensajes y directivas porque la capacidad de atención de los niños es más corta que la de los adultos, por lo que si intentas abordar demasiadas cosas a la vez es probable que ellos pierdan el interés. ¿Qué hacer, entonces? Aprovechar las oportunidades que se dan para que aprendan a jugar con más orden (siempre teniendo en cuenta -de antemano- el estado de ánimo del pequeño). Un ejemplo puede ser cuando están jugando en el piso entonces allí ponerse a la par con ellos y de paso detectar qué juguetes ya no están usando y proponerles sacarlos para que no ocupen más espacio.
5. Comenzar con las tareas más sencillas
Hay juguetes que son fáciles de desechar, como los juguetes rotos. Pero que lo hagan ellos, en lugar de los padres. Por pequeño que sea el avance es suficiente para que sientan el estímulo del elogio que recibirán. Y cuando se trata de estímulos, nunca hay demasiado.
¿Qué sería en este caso pasar a una tarea más difícil? Por ejemplo el pasar de la decisión de descartar juguetes rotos o ropa manchada a la decisión de empezar a ordenar la ropa, que es el otro gran problema que existen en las casas con niños en lo que respecta al desorden.
6. Hacerlo divertido
Está en el adn de los niños el querer jugar todo el tiempo, así que si bien puede resultar abrumador a veces, el proceso de ordenar el desorden con los hijos puede ser muy divertido. Una forma de hacerlo es creando un ambiente de fiesta con algo de música y un platito con papas fritas a mano, por ejemplo.
7. Explicarles la importancia de compartir
"Antes de ordenar siéntese con sus hijos y decida dónde donar los juguetes que ambos decidieron regalar. Explíqueles cómo esa donación marca una diferencia positiva en los niños (de la ONG o institución destinataria del juguete) que lo recibirán. Y sobre todo -volviendo al estímulo, que siempre hace muy bien- anímelos a sentirse felices y orgullosos de su decisión de compartir”, sugiere la organizadora profesional del hogar Brenda Scott, de Tidy My Space.
8. Introducir la opción del "tal vez"
Para que así el proceso de ordenamiento sea menos intenso, la opción "tal vez" consiste en dejarles a los hijos proponer cómo ordenar los juguetes, como también dónde y cómo guardarlos. La única condición es que se cumpla el requisito de que luego de jugar guardar las cosas en su lugar.
9. Acordar un sistema de rotación de juguetes
¿Cómo? Asegurándole al menor que ordenar no siempre significa deshacerse por completo de los juguetes. El sistema de rotación consiste en jugar cada día con los juguetes que más va a utilizar ese día. La manera de rotarlos es mediante cajas con juguetes distintos. Entonces se usa una caja por vez. Si algunos de esos juguetes nunca salen de las cajas significa que no los va a necesitar para jugar, por lo tanto, la relación afectiva con ese juguete es mucho menor que con los otros,
10. Recompensarlos
Una vez que su hijo haya completado la tarea de ordenar, por pequeña que sea, es bueno que reciba una recompensa. Puede ser una merienda rica o un paseo a los juegos de la plaza, por ejemplo, pero nunca recompensarlo con juguetes porque va en contra de lo que se quiere lograr con este plan.
Tener en cuenta que el criterio del orden para algo tan significativo en los niños como son los juguetes nunca va a estar en la cima de las prioridades de ellos. La clave está en que tras estos 10 pasos ellos comiencen a asociar el orden con sentimientos positivos.