Opinión

Tolerancia 0, el debate que se debe la industria del vino

Una mirada sobre la poca predisposición al debate que hay en la industria del vino. La postura diferente siempre es una postura equivocada.

Federico Lancia
Federico Lancia sábado, 10 de junio de 2023 · 07:02 hs
Tolerancia 0, el debate que se debe la industria del vino

En primer lugar, y antes de comenzar esta (por ahora) última columna de opinión, quiero agradecerles a ustedes y a todo el medio, por permitirme poner una mirada diferente sobre la industria del vino, su consumo y la revolución que ha provocado durante los últimos años. 

Fueron miles de temas y seguramente seguirán apareciendo más en este mundo del vino que tanto amo. Siempre y en cada una de las columnas, la intención fue poner otra postura, para aportar a la discusión. 

Sin dudas será un “stand by”, un parar por un tiempo. Y quiero remarcar que la decisión es enteramente a título personal. Claramente, tiene sus razones. 

Mundos crispados 

Vivimos en un ambiente dividido, enrolados en nuestro propio mundo y creyendo con firmeza nuestras propias ideas. Todos los días, en los tiempos que corren, nos encargamos de profundizar y seguir dándoles valor a nuestras propias convicciones. 

Todo lo que pienso, lo que creo y lo que sostengo yo, está bien. Lo demás no sirve, es inútil e incluso me insulta y me agrede. El famoso “sesgo de confirmación”. 

Confirmo y revalido todo lo que pienso. Claro, si llega alguien a cuestionar o poner en duda algunos de mis pensamientos sostenidos, es provocador, desubicado e incluso agresivo o violento. 

Las columnas de los sábados venían con esa intención. Poner en cuestión, darle voz a muchos otros que en la mayoría de los casos se ejemplifican en cada una de las diferentes ediciones. El debate, nulo. La intolerancia, alta. 

Solo perdedores

En este fenómeno cognitivo que afecta la manera en que interpretamos la información y nos lleva a buscar y aceptar evidencia que respalde nuestras creencias preexistentes, tendemos a ignorar o descartar la información que contradice nuestras creencias. Este sesgo puede influir en nuestra toma de decisiones, en la formación de opiniones y en la manera en que percibimos la realidad que nos rodea.

Gravemente distorsionamos la realidad y en muchas ocasiones creamos batallas donde no las hay. La falta de proliferación de ideas, de la opinión del "otro", el no lugar a los cuestionamientos o incluso la toma de posición sobre establecer qué se puede decir y que no, solo da como resultado perdedores en ese supuesto “combate”.

Mi desilusión se ha sustentado en las pocas ganas de generar debates, discusiones positivas, y realmente superadoras por parte de la industria del vino, con numerosos temas planteados y que claramente no solo responden a mis posiciones. El resultado siempre fue el mismo: la poca tolerancia en los temas “polémicos” que hoy rodean al mundo del vino.

Algún día saldremos de ese maldito “sesgo confirmatorio” y podremos aportar al debate, y esta vez sin que nadie salga ofendido.

Archivado en